The Path, Volumen 1,agosto 1886 "Star Colors and Animal Magnetism"
EL COLOR DE LAS ESTRELLAS Y EL MAGNETISMO ANIMAL.
«La cuestión de los colores de las estrellas ha estado recibiendo atención de la mano de un caballero inglés, W. S. Franks. Ha examinado cuidadosamente los colores de una lista de 1893 de las estrellas más brillantes, con especial referencia a la distribución en los cielos de los diferentes colores. Encontró 962 estrellas blancas, 614 amarillas, 168 naranjas, 10 rojas, 15 verdes, 59 azules, 58 púrpuras y 7, por alguna razón, sin color. Constata que las constelaciones que contienen un gran porcentaje de estrellas blancas se encuentran en la Vía Láctea o cerca de ella, y allí donde las estrellas están estrechamente asociadas; mientras que las estrellas amarillas y naranjas son más abundantes en las grandes constelaciones rezagadas.
«Es bien sabido que un cierto tipo de espectro está relacionado con determinados colores estelares. Las estrellas amarillas pertenecen a la clase de nuestro sol e incluyen estrellas tan brillantes como Capella. Las estrellas blancas, como Vega, tienen un espectro de un gran número de líneas finas, y las rojas dan un espectro en bandas. Una de las teorías favoritas es que los colores indican la edad de las estrellas, si no en años, al menos en desarrollo. Que las blancas son las más jóvenes: al enfriarse se vuelven amarillas, luego rojas y, finalmente, invisibles, igual que un trozo de hierro al enfriarse de un calor blanco. Hay mucho que recomendar a esta idea, aunque, por supuesto, en cuanto a las edades relativas de las estrellas sabemos muy poco, y algunos cambios parecen estar en la dirección opuesta. Tal vez haya personas para las que la idea de diferentes colores en las estrellas sea una novedad. Tienen una idea general de que hay puntos brillantes de luz sobre sus cabezas, por la noche, y probablemente han observado, de manera general, que algunas son más brillantes que otras. Sin embargo, no hace falta observar muy de cerca para añadir al conocimiento del cielo el hecho adicional de que tienen colores diferentes. Castor y Pollux, que ahora brillan en el oeste por la noche, son muy evidentemente diversas, y un aficionado cuidadoso puede recorrer los cielos y notar entre las estrellas más brillantes una gran variedad.
«Pero un telescopio aumenta inmensamente las capacidades para este trabajo. Casi todas las estrellas muy rojas son demasiado débiles para ser vistas a simple vista, y muchas de las que muestran los contrastes de color más fuertes son estrellas dobles, que requieren un considerable poder de aumento para separarlas. Las estrellas azules y verdes nunca son solitarias, sino que están asociadas a una estrella roja o amarilla, que casi siempre es más brillante, por lo que el color tiene algo que ver con la asociación. A veces también hay cúmulos de estrellas que muestran una gran variedad de colores. Sir John Herschel describe uno en el hemisferio sur que parecía una masa de gemas de colores. Probablemente hay un prolífico campo de descubrimientos aún sin desarrollar en relación con los colores de las estrellas».
Los experimentos de Reichenbach y otros han demostrado que de los cristales y de los cuerpos humanos emanan no sólo influencias de carácter positivo y negativo - a las que también se hace referencia en el PATH en la p. 86 - sino también que ciertos colores son vistos por los sensitivos surgir de la cabeza, ojos y manos humanas. Ahora, como el magnetismo animal está forzando lentamente el reconocimiento del mundo científico, ¿por qué no estamos justificados en dar algún crédito a las sostenidas opiniones por los antiguos filósofos herméticos, que el ser humano deriva su magnetismo y vitalidad de las estrellas: es decir, que estos colores vistos por los sensibles (videntes), deben ser directamente rastreados a las influencias siderales y atmosféricas. Dieron a cada color una estrella apropiada, y encontramos curiosamente, que aunque se alega contra ellos que eran ignorantes y no tenían aparatos, ellos, sin aparatos, sabían que las estrellas tenían colores, mientras que al sol atribuían la vida. Ahora, en este siglo, nuestros astrónomos nos hablan, como en el caso anterior, de colores estelares de gran variedad y peculiar combinación. Sin embargo, estos son meros indicios, que me gustaría que hombres más competentes ampliaran. - ISAAC MYER.
[Nota: - Conocemos personalmente a varias personas que pueden ver estos colores magnéticos, y todas coinciden en lo esencial en cuanto a las condiciones de salud o de temperamento que los acompañan. Los meros pensamientos rápidos los ven como chispas brillantes: la sensualidad parece rosada o rojiza: mientras que la vida y la sabiduría, aparecen como azules. Es interesante notar también que en el sistema hindú, cuando Krishna es representado como el dador de vida, o como el principio de la vida, es pintado de azul, color que según Reichenbach procede del polo positivo, mientras que el mendicante o asceta pasivo del Indostán tiene que vestir la túnica amarilla, que representa el polo negativo que emite el rayo amarillo. También es bastante curioso que los antiguos egipcios en sus papiros pintaran la sabiduría, que es fría, de color amarillo, y el hijo de la vida aparezca en azul. - Ed.]