"Es un crimen atroz que un Monoteísta sin la menor ética moral, supuestamente fiel seguidor de los Preceptos enunciados por aquel al que ellos consideran el único hijo de dios,
se lucre de la necesidad, ingenuidad e ignorancia de sus hermanos."
j.j.z
"La raíz del mal reside, por tanto, en una causa moral y no física"
H.P.B Revista Lucifer Vol V Noviembre de 1889 (The Tidal wave)
"De todas las terribles blasfemias y acusaciones que los monoteístas lanzan virtualmente sobre su Dios, ninguna es mayor ni más imperdonable que esa (casi siempre) falsa humildad que hace afirmar al presuntamente "piadoso" cristiano, en relación con todo mal y golpe inmerecido, que "tal es la voluntad de Dios."
¡Dichosos e hipócritas! Blasfemos y fariseos impíos, que hablan en el mismo aliento del infinito amor misericordioso y cuidado de su Dios y creador por el hombre indefenso, ¡y de ese Dios azotando a la buena, a la mejor de sus criaturas, desangrándolas hasta la muerte como un insaciable Moloch!
¿Se nos responderá a esto, con las palabras de Congreve: -
"¿Pero quién se atreverá a gravar a la Justicia Eterna?". Lógica y simple sentido común, respondemos: si se nos hace creer en el "Pecado original", en una sola vida, en esta Tierra solamente, para cada Alma, y en una Deidad antropomórfica, que parece haber creado a algunos hombres sólo por el placer de condenarlos al fuego eterno del infierno (y esto sean buenos o malos, dice el Predestinatario), ¿por qué todo hombre dotado de facultades de razonamiento no habría de condenar a su vez a tan villana Deidad? La vida se volvería insoportable, si uno tuviera que creer en el Dios creado por la sucia fantasía del hombre. Por suerte sólo existe en los dogmas humanos y en la malsana imaginación de algunos poetas, que creen haber resuelto el problema dirigiéndose a él como:
"Tú, gran Poder Misterioso, que has envuelto
El orgullo de la Humana sabiduría, para confundir El atrevido escrutinio y probar la fe De tus presuntuosas criaturas ."
(H.P.B La Doctrina Secreta "Antropogénesis pg 304)
Es en la incertidumbre donde una humanidad que con desespero busca un rayo de Luz que la saque de su largo letargo, que los lobos se disfrazan de ovejas, el fanático religioso se lucra y ríe a espaldas del fiel ingenuo, el avaricioso se lucra con las necesidades de los menos favorecidos, el charlatán endulza sus palabras malintencionadas con el más mezquino propósito de que los ciegos, que son incapaces de recocer entre lo Verdadero y la perniciosa Ilusión, no puedan descubrir la verdad.
Fue en el miedo a lo desconocido donde las religiones encontraron su mina de oro y la Iglesia se volvió en la empresa más prospera y con mayor poder adquisitivo del mundo. La mano de obra barata los fieles siguiendo fielmente las ordenes de un jefe tirano.
¡Pobres ingenuos, si tan solo supieran, si tan solo pudieran ver!
Bien lo dicen los Mahatmas KH y M:
"Es la casta sacerdotal, el clero y las iglesias, es en esas ilusiones que el hombre considera como sagradas, en donde tiene que buscar el origen de una multitud de males que son la maldición de la humanidad y que casi agobian al género humano.
La ignorancia creo a los “Dioses” y la astucia se aprovechó de la oportunidad. Observa al Hinduismo, al Cristianismo, al Islam, al Judaísmo, etc. Es la impostura sacerdotal la que hizo a estos “Dioses” tan terribles para el hombre.
Es la religión la que hace del hombre, el egoísta intolerante y fanático que odia a toda la humanidad que se encuentra fuera de su propia iglesia sin que por ello ese hombre se vuelva mejor o más moral. Y son las religiones las que convierten a dos tercios de los humanos en esclavos del puñado de embusteros que pretenden salvarlos. Y así por ejemplo el campesino irlandés, italiano o hispano [y cualquier católico devoto] estarán dispuestos a pasar miseria y ver a su familia morir de hambre para poder alimentar y vestir a su cura y papa.
Y es por eso que nuestro propósito principal es liberar a la humanidad de esa pesadilla; enseñar al hombre a practicar la virtud por la virtud misma, y a caminar en la vida confiando en sí mismo en lugar de apoyarse en una muleta teológica que por incontables edades ha sido la causa directa de mucho del sufrimiento humano.
Y se nos podrá objetar que nosotros también tenemos templos (budistas) y que también tenemos sacerdotes, y que nuestros lamas viven también de la caridad, pero que sepan que todas esas cosas no tienen en común con sus equivalentes occidentales, más que el nombre. Porque en nuestros templos no se adora ni un dios ni dioses, sino que sólo se bendice la memoria tres veces sagrada del hombre más grande así como el más santo que jamás haya vivido (El bendito Siddahrta Gautama "el Buddha")»
(Cartas Mahatma 10, p.53, 57-58)