The Path Volumen 1,diciembre 1886, Lines From Lower Levels, Jasper Niemand
LÍNEAS DESDE NIVELES INFERIORES
Muchos se apartarán de este encabezado. Ya sea que
realmente vivan en los niveles superiores o solo imaginen que allí están sus
moradas, estas palabras probablemente les resulten mudas. Un rezagado en la
gran carrera, alguien que apenas ha rodeado la boya de salida en medio del mal
tiempo, lanza aquí señales a sus compañeros invisibles entre mares agitados.
Si una veintena de ciegos, soltados para recorrer los callejones de la ciudad, se encontraran y compararan sus desventuras, pronto entre ellos amanecería alguna luz. No estamos aislados en la experiencia espiritual. Aunque la Falsedad use mil máscaras, cuando la Verdad se asoma, muestra el mismo rostro a todos.
Es del comienzo del Camino de lo que hablo. Nos
asedian confusiones y perplejidades. La mayoría de ellas son producto de
nuestra propia invención. El insidioso cáncer de la Duda es el primero, y el
peor de todos. Es mejor quedarse donde uno está durante toda una vida que
avanzar llevando consigo esta lepra moral sin exterminar. Se propagará por
existencias futuras hasta devorar el corazón hasta el núcleo.
Ahora está en nuestro poder. Lucha valientemente
con cada duda hasta haberla convertido en certeza; así la obligas a bendecirte
al partir, como Jacob hizo con el Ángel. ¿Por qué deberíamos dudar? El día en
que oí por primera vez hablar de la Religión-Sabiduría está para mí apartado
como una joya poderosa en la cresta del Tiempo. Mi pensamiento saluda a sus
mensajeros con aquellas nobles palabras antiguas: — “¡Cuán hermosos sobre los
montes son los pies del que trae buenas nuevas, del que publica la Paz!”
La Paz de esta religión es la prueba absoluta de su
Sabiduría. Nuestra vitalidad se agota con la lucha por la vida; parece una
tracción muerta contra la corriente. La razón nos dice que deberíamos ser
capaces de movernos con la corriente. El ser humano tiene una idea falsa de lo
que necesita; por eso la posesión sacia todo. Ignoramos que el deseo de Unidad
yace oculto en lo más profundo de cada corazón humano. Esta es la Verdad en el
fondo del pozo; es la necesidad básica de toda la humanidad.
Reconócelo, y podrás deslizarte incansablemente por
la corriente irresistible del progreso evolutivo. Comenzamos a darnos cuenta de
la incapacidad de los credos existentes para sondear y explicar nuestro Ser.
Cada uno de nosotros anhela una creencia que no sea una fórmula, sino la Vida
misma, que desarrolle y complete la constitución de las vidas.
Nuestras religiones violan la regla de oro de la
Arquitectura: — “Ornamenta la construcción; no construyas ornamentación.” Su
endeble armazón está recargado con detalles teológicos, adornado con los
ideales cambiantes de siglos. No así planea el Gran Arquitecto. Sin embargo, la
clave de cada arco es la Verdad manifestada en el Pasado, la Verdad que aún da
testimonio de la Divinidad en la nueva Era.
Cuando el ser humano encuentra su creencia en cada
ámbito de la vida, cuando lo asiste en todos los planos —de tal manera que coma
mejor, duerma mejor, ame mejor, cree mejor y muera mejor gracias a ella—
entonces será para él una ley vital, no un ropaje que se deja de lado los días
de trabajo. La Teosofía hace todo esto. Informa cada acto, convierte cada hecho
en una nueva revelación, y da testimonio de más religión en un solo capítulo de
Filosofía Natural que en todos los sermones del próximo domingo.
Estudiemos estas grandes analogías y veremos cuán
única es la Verdad, tanto que las tres grandes leyes del Movimiento son también
leyes de la Emoción, y Newton habló por mi corazón, así como por el universo.
Toda la vida está así relacionada; si dudas de la validez de una teoría o de
una acción, ponlas a prueba con esta ley de correspondencia.
¿Me rebelo contra la norma de la conducta suave
frente a la ira o el abuso? Recuerdo el axioma de la mecánica: — “El movimiento
busca la línea de menor resistencia”, — y mi fuerza moral se prueba como
movimiento perpetuo por su habilidad de evitar la fricción. La Verdad es la
misma en cada parte. Puedes hacer pasar cada rayo de pensamiento por este
prisma; si es un rayo puro, cada componente tendrá su valor propio en su propio
plano, y todos se fundirán nuevamente en Luz.
A veces sentimos un escalofrío como por un sentido
de aislamiento respecto al cuerpo principal de nuestra especie. Esto es
imaginario; no debes pensar que somos pocos o que estamos solos. Incluso ahora,
el oyente atento oye el murmullo de la creciente marea de la Opinión Pública. Este
fue el principal apoyo de la Ciencia en su reciente enfrentamiento con la
Iglesia. El Pueblo, cansado de una Teología estéril, exigió en hechos, en
leyes, la manifestación de lo Divino. Ahora comienza a pedir cuentas a la Ciencia
por sus limitaciones. ¿Dudamos del efervescente interés en la Psicología?
Deberíamos examinar nuestros periódicos, novelas, revistas, e incluso los
chismes de tocador, para sentir el pulso de la corriente general. La Ciencia
cede hasta cierto punto ante la presión al explicar por qué no puede o no
quiere realizar investigaciones psíquicas completas y sostenidas, y con un
tajante “eso es peor para ustedes”, el público vuelve su mirada con esperanza
hacia los hombres más amplios o más jóvenes, que miden mejor la tendencia de
nuestra época.
Esta tendencia es hacia la cooperación, hacia la
unificación. Ciencia y Religión son una, son verdad, y la ceguera es la porción
de aquellos que desmiembran su reino. Un caso pertinente es el de un médico
bien conocido en las clínicas de Nueva York, que usaba su poder hipnótico para
dormir a los pacientes ante sus estudiantes y mantenerlos en completa
inconsciencia durante operaciones dolorosas, llevadas así a feliz término sin
el peligroso inconveniente de los anestésicos. Colegas menos dotados desaprobaron
la “irregularidad”. Esta es una era pensante, y los hombres están perdiendo la
confianza en el juicio de científicos cuya actitud parcial los excluiría
incluso del servicio como jurado en el tribunal más insignificante del país.
También están aquellos que son puestos a prueba por
los errores, la traición o la incomprensión pública de otros adeptos de la
Teosofía. ¿Qué importa? El mundo siguió girando mientras Galileo se retractaba,
y aunque un discípulo traicionó a su Maestro, el mundo cristiano aún se
arrodilla. Nuestros oponentes más nobles son a menudo teósofos inconscientes,
juzgándolos por su fervorosa búsqueda de la Verdad. Cuando su hora llegue, la
encontrarán; mientras tanto, la Sabiduría no necesita conversos. El hombre pasa;
la Verdad es, y no necesita de nuestra preocupación.
Tampoco pienses que la Religión-Sabiduría es solo
para los fuertes o los intelectuales; es para todos. El alimento está destinado
a sostener la vida, y el Amor a desarrollarla, pero el exceso en cualquiera
puede matar. Así, aquellos cuya naturaleza es morbosa exageran el aspecto de la
Verdad y enloquecen con sus propios fantasmas. Toda Ciencia, todo Arte, toda
Religión tiene su lista de estos suicidios morales, y quienes te los arrojan en
cara son como las antiguas niñeras que asustan a los niños alejándolos del
armario de las mermeladas con “cucos”.
Dije que nosotros mismos generamos nuestras propias
perplejidades. Tomemos el primer día de la nueva vida, cuando con resoluciones
nacientes revoloteando bajamos las escaleras, radiantes y resueltos. Habíamos
ordenado una comida espartana que el Amor nos ha perdonado. Frunciendo el ceño,
ordenamos que se retiren las delicias y nos sentamos a reflexionar sobre los
estorbos del afecto terrenal; herido, se retira de nuestro lado. Llega nuestra
comida sencilla; está mal cocida y el sirviente atrasado lleva un gesto hosco
que nos irrita: la casa se llena de discordias y choques. La comida no nos ha
reconfortado, y la falta del calmante, pero condenado, cigarro, lleva nuestra
irritabilidad al límite. Corremos a encerrarnos en el estudio para meditar;
pero un pájaro canta por la ventana, y la voz del Amor suplica tras la puerta.
Cerramos el canto y reprendemos a la sirena. ¿Por qué está tan pesado nuestro
corazón ahora, cuando está inclinado a cosas eternas?
¡Golpeteo! Abrimos con rostro de mártir. Es un
amigo, un eclesiástico obstinado; ¡su salvación está en nuestras manos! Habla
del clima, del club, de la política local. Proponemos un tema más elevado,
denunciamos, atacamos, argumentamos. Sorprendido, nos escucha con cortesía en
silencio, y al despedirse recordamos demasiado tarde que él también atesora su
religión. Maldiciendo las necedades del miserable día, llamamos “impracticable”
a la Teosofía por el momento.
¡Hermanos! El hombre de credos que puede escuchar
nuestra dogmática con dominio de sí mismo tal vez esté más cerca de lo Esencial
que nosotros. Quien se lanza a restricciones que lo desajustan e irritan no es
mejor que aquel que pierde la razón por el alcohol. Ambos carecen de
moderación, el resultado es el mismo, y solo nos conciernen los resultados.
Dedica tus pensamientos a comidas ascéticas, y
ningún Luculo de la ciudad estará más postrado ante sus viandas que tú mismo.
Moderación, dice el sabio. Acepta todo lo que llegue con igual contento, el
pensamiento elevado por encima de todo. Cuando las funciones diarias están
cumplidas, no he hecho nada; el alma no participa de ellas. Avanza hacia lo
Eterno, y lo Transitorio caerá de ti imperceptiblemente. No hay evasión posible
de los deberes de nuestra posición. ¡Compañeros! El campo de batalla está allí
donde el redoble del tambor os encuentre de pie. Tus actos pasados te
enlistaron bajo esa bandera: ¡lucha allí!
La carga universal se lleva a cabo por el vigor de
los individuos, cada uno actuando desde su propio centro mental y no desde el
de otro. “El deber particular del hombre, aunque no esté libre de faltas, es
mucho más preferible que el deber ajeno, por bien que se realice.”(1)
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1. Bhagavad
Gita.
En este plano somos un cuerpo militante; en el
plano siguiente transformaremos esta actividad, pero mientras la individualidad
exista, parecería que cada uno debe moverse en su propia órbita. Hay tanto
egoísmo en arrebatar una carga que no nos corresponde como en rehusar aquella
que sí. Haz todos los actos necesarios con prontitud y con tu mejor capacidad,
abandonando de inmediato toda preocupación por el resultado.
¿Dices que esto no es Teosofía? Te equivocas. La
verdadera Teosofía es todo lo que eleva o ayuda a la humanidad, aunque sea
cantar una balada para aliviar el trabajo de otro. “No se trata de que debas
salir a toda prisa o con audacia a hacer, hacer. Haz lo que encuentres por
hacer. Desea ardientemente hacerlo, y aun cuando no logres llevar a cabo más
que algunos pequeños deberes, algunas palabras de advertencia, tu fuerte deseo
golpeará como Vulcano en otros corazones del mundo, y de pronto encontrarás realizado
aquello que tanto deseabas ser tú quien lo hiciera. Entonces, alégrate de que
otro haya sido tan afortunado de forjar un Karma tan meritorio. Así, como los
ríos que corren hacia el océano pasivo que no se hincha, entrarán tus deseos en
tu corazón.”
Rechaza esta preocupación por las formas y lo
efímero; atiende solo a lo esencial. Llega al centro de cada hecho vital y vive
allí, como en el corazón de un ópalo, irradiando rayos prismáticos de Amor y de
Fe sobre todas las cosas creadas.
Si partiéramos en un viaje hacia tierras
desconocidas, deberíamos observar a sus habitantes, recogiendo el espíritu de
sus leyes a través de sus modales, nosotros mismos siendo corteses pero
cautelosos con todos. Así también, en este tránsito hacia lo no visto, lo
esencial es el espíritu de las cosas. ¿Qué me importa si este hombre brilla con
el deseo satisfecho, o si aquella mujer resplandece con encajes indebidos y
coqueterías? ¿Conozco yo los principios de su constitución? ¿Puedo garantizar
que estos errores no son meramente la cáscara del hábito, que al desprenderse
revele un núcleo de Virtud más grande que el que yo poseo?
Tampoco me convertiré a la ligera en el siervo
espiritual de quien se halla por encima de mí. Él no ha agotado la suma de la
Verdad; mañana encontraré una fracción por mí mismo. Todas estas distinguidas
minucias no pertenecen a lo Eterno. El sustrato de todas las cosas es
Sabiduría. El retorcimiento del Fracaso tiene hebras de plata. Las
charlatanerías del necio disuaden a los hombres de la necedad. Nunca he hecho
nada por mí mismo: un impulso clarinero comanda mis mejores actos; altos
pensamientos irradian hacia mí desde no sé qué esfera.
Pregúntate, antes que a amigo o enemigo: —
"¿Cómo se manifiesta el espíritu en él?" Porque arriba y abajo se
manifiesta por igual. La bestia inflexible, fiel a cada uno de sus principios,
tiene un volumen de enseñanzas para nosotros. No podemos leer hasta conocer el
alfabeto, y la Naturaleza sostiene nuestro silabario ante nosotros a diario.
No pregones la Verdad ante la multitud
despreocupada. No porque la menosprecies (eso es imposible), ni tampoco a ti
mismo (eso no importa), sino porque debes aferrarte en silencio a todo lo que
posees, para que te sustente en las pruebas del porvenir. Ni es la Verdad una
panacea que deba forzarse en la garganta de quien no está preparado. Así solo
logras que un hombre aborrezca la Verdad; ¿quién desea esa responsabilidad?
¡Ah, corazones gentiles y mentes viriles! ¿Estáis
heridos por la desenfrenada liviandad de aquellos que anheláis salvar? Quizás
estos errores sean sus maestros asignados en vuestro lugar. ¡El Error no está
exento de la ley! ¿Puede el Amor detener un ciclón en pleno vuelo, o corre la
Razón más veloz que el torbellino? El Deseo tiene una voz más robusta que la
vuestra. Dejad sabiamente solos a estos errantes. Pronto, cuando el éxito
decline, o el complaciente Ego sea punzado por el orgullo o el dolor, oirán el
tenue lamento del alma. Entonces, su estado en relación al vuestro, se volverán
hacia vosotros como el heliotropo hacia el sol.
Confiad en la ley de la afinidad espiritual. Aquel
por quien tienes un pensamiento será atraído hacia ti por ese mismo
pensamiento; él, de alguna manera, te lo pedirá. Desconfía del intelecto en
estas respuestas. Solo los moradores de los niveles superiores extraen su
pensamiento cristalino directamente de la Fuente de la Mente. Más abajo, la
simpatía es el disolvente universal; su ardiente fusión forja la unidad de la
humanidad. Háblame en nuestro lenguaje común; es el del corazón. No puedes ni
siquiera atar un rosal descarriado sin simpatía. Inténtalo, y los brotes
tiernos serán marchitados como por escarcha.
¿Dices que es duro no poder ayudar a otros? Tal vez
solo deseas ayudarlos a tu manera. La diferencia entre amar a un hombre por sí
mismo, y amarlo por mí mismo, es la diferencia entre "cielo" e
"infierno." No hay infierno salvo aquel que creamos en nuestros
corazones, y el egoísmo es su abismo abierto.
El esfuerzo por la Sabiduría es ayuda para todos;
quien piensa sabiamente realiza una obra de beneficencia. Bajo los anhelos
generosos acecha a veces el deseo de que este “yo” se vuelva influyente o
admirado, que tenga clientes y suplicantes en la antesala. Para no engañarme a
mí mismo, enviaré en silencio mis buenos deseos a todos.
Solo cuando hayamos aprendido a preservar un sabio
silencio, llegarán a nosotros los primeros balbuceos del verdadero discurso.
Habla entonces desde tu propio conocimiento, sencillamente, sin intentar
adornar la Verdad. Muchos de nuestros escritores más estimados son a veces
demasiado trascendentes, demasiado eruditos para nosotros, los de nivel
inferior.
Así como el gran orador o actor ve surgir un rostro
hacia él desde el vasto campo de rostros, y concentrando su ardiente propósito
en ese foco, ve fluir de allí la fuerza homogénea que electriza a la multitud —
así quisiera que cada escritor entre vosotros dirigiera su pensamiento a algún
camarada especial dentro de su mente, para que deje caer ese manto de lejanía,
y nos haga sentir su presencia, tensa y vibrante de ayuda, junto a nuestro
costado.
Occidente necesita una nota más resonante que la
mente mística del Oriente. Que el espíritu de vuestra nación hable a través de
vuestra obra, y para vuestros semejantes cada palabra será un encantamiento
oculto.
¿Por qué somos tan impacientes que no aceptamos la
insignia del deber cumplido de parte de aquellas Almas Reales que nos preceden
en el Camino?
“También sirven aquellos que solo están firmes y
esperan.” (2)
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2. Milton.
NdT:
Esta frase, tomada del famoso soneto de Milton, encierra una profunda lección espiritual:
no todo servicio se mide por la acción visible o por el reconocimiento
inmediato. Hay una nobleza silenciosa —y a menudo más poderosa— en la espera
paciente, en la vigilancia interior, en la disposición constante a servir
cuando el momento lo exija. Quienes han avanzado más en el Sendero saben ver y
valorar ese tipo de fidelidad.
No recibimos su aprobación quizá porque aún
deseamos demasiado recibirla. El alma verdaderamente digna no se apresura ni
clama por testigos; permanece firme, confiada en el ritmo justo del Tiempo y en
la sabiduría de quienes guían desde lo Alto. La espera consciente es también
acción; es cultivo interior. Y esa disposición silenciosa puede ser, en verdad,
la prueba más difícil y sagrada de todas.
Quien no puede esperar con contentamiento puede
estar seguro de que no puede servir. Debemos dominar lo cotidiano antes de
poder superar lo espiritual. Algunos dicen que una acción heroica es más fácil
que la sumisión a las punzadas del día a día. Podemos sobrevivir al Niágara,
cuando una gota de agua por segundo sobre el cerebro es locura.
Amigos: la lucha por lo Eterno no es un solo acto
audaz, ni cientos de ellos. Es un olvido sereno e ininterrumpido del yo
inferior por todo el tiempo. Empezadlo en vuestro plano actual. Tenéis dentro
de vosotros el mismo guía que poseen los Maestros. Al obedecerle, ellos se han
convertido en lo que son.
¡Escuchad! Una voz resuena en lo interior:
"Conoce tu verdadero Ser; él es tu guía." Si la voz parece callar,
quizá sea porque preguntas solo con la mente, que no es sino una forma superior
de curiosidad. Cuando una necesidad espiritual clama dentro de ti, la respuesta
llegará con un destello al oyente reverente. Pero en todos los tres mundos no
hay poder que pueda salvarte sino el tuyo propio.
Cuando hayamos agotado las posibilidades de
crecimiento en nuestro plano presente, ascendemos naturalmente a un nivel
superior. Si allí encontramos a un Maestro, es porque hemos llegado a la región
en que él habita. Mejor que desear merecer, es merecer desear. Ten esto por
seguro: todo lo que te pertenece por derecho te será dado. Así reza la Ley.
Como el alpinista se inclina hacia adelante, pisa
en zigzag, contrarrestando la gravedad y la resistencia del aire, así tú
andarás con cuidado. No sabemos qué resistencia moral despertamos, qué mal
oculto acecha cerca, qué piedra puede soltar nuestro paso para caer sobre los
que están abajo. No conocemos el delicado equilibrio de este mundo aéreo.
Mantened los ojos y la mente fijos en las alturas por encima, no sea que el
abismo que dejaste atrás te atraiga de nuevo.
Desconfía de tus emociones, sobre todo de tus
pensamientos. Un pensamiento insidioso, como un traidor en la fortaleza, se
inclina hacia las legiones del mal y busca entregarte a ellas. ¿Quién sabe
hasta dónde pueden llegar las ondas de un pensamiento precipitado?
Estamos comprometidos por nuestro voto teosófico a
no hacer nada que deshonre a nuestra Sociedad. ¿Y qué más deshonroso que
fantasías injustas, airadas o errantes, que corrompen la atmósfera de otros y
pueden engendrar una peste moral?
"El que odia a su hermano es homicida." (3)
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3. La
cita "El que odia a su hermano es homicida" proviene de la Primera
Epístola de Juan, capítulo 3, versículo 15, en el Nuevo Testamento de la
Biblia:
"Todo
aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene
vida eterna permanente en él."
— 1 Juan
3:15
Quizás hay momentos en que esto es literalmente
cierto. “Si no ama a su hermano, a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios, a
Quien no ha visto?” Pasa esta palabra a lo largo de la línea: — “La vigilancia
eterna es el precio de la seguridad.”
Ustedes, quienes están inclinados a disputar estos
pensamientos, hagan algo mejor; ignórenlos. Son una experiencia de vida, no
están destinados a ustedes que no la han vivido, ni una sola vez se les nombra
aquí. Son verdaderos desde un punto de vista y para aquellos en el mismo plano.
En lo sucesivo todos deberán alquimizar virtudes y vicios por igual. No se
desanimen ante estas transiciones necesarias; no los condenan por un error
radical.
Dame una semilla desconocida; su potencialidad es
un secreto para mí, pero con fe la planto y la cuido. A medida que crece hacia
las glorias en cierne de ramas y flores, y vibra con el fecundo don de los
frutos, no pierdo nada, y escondida en la raíz de esta herencia más grande, la
misma semilla permanece, otorgando vida y verdadera. Así, el Conocimiento no es
definitivo; debe expandirse y germinar o no es más que una cosa muerta.
“Velo tras velo se levantará, pero habrá velo tras
velo detrás.” (4)
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4. Light
of Asia.
¿Aquel que escribe esto sigue siempre sus propias
enseñanzas? ¡No! ¡Cien, mil veces, no! Engañado, asciende por senderos
tortuosos y, desde el mismo borde de la realización, ¡cae!
“Jove derriba a los Titanes. No cuando comienzan a
apilar sus montañas, sino cuando una piedra más completaría la obra.” (5)
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5.
Robert Browning
Entonces, con esfuerzo y dolor, se levanta y vuelve
a estudiar el mapa. ¡Amados Hermanos! — y no hay nadie tan perdido, tan
alejado, tan bajo o tan grande a quien este nombre no llame — él habrá recibido
estos golpes con un propósito benigno, si sus enseñanzas logran quitar una sola
piedra de su camino hacia arriba.