The Path volumen 1, mayo de 1886, Sufism: I — C. H. A. Bjerregaard.*
"Anoche un ruiseñor cantó su canción, posado en un alto ciprés, cuando la rosa, al oír su lastimero gorjeo (cantó), derramó lágrimas en el jardín, suaves como los rocíos del cielo."
El sufismo aún no ha recibido un tratamiento justo en ninguna publicación aparecida en la literatura occidental.
La razón es que ningún escritor occidental sobre el tema se ha esforzado por comprenderlo, ya sea debido a un prejuicio intelectual o a una perversión voluntaria. La mayoría de los tratados están escritos bajo fuertes prejuicios dogmáticos, o por personas intelectual y moralmente incapaces de llegar al A B C de una filosofía espiritual.
El presente intento de representar las doctrinas y prácticas del sufismo se ha hecho con la esperanza de superar el efecto de estos males. Hemos estudiado pacientemente el sufismo a partir de las obras sufíes y afirmamos estar en plena simpatía con nuestro tema.
Lo que aquí presentamos al juicio del cándido lector es parte de una obra más amplia en la que hemos estado empeñados durante muchos años; una obra concebida como libro de texto para estudiantes de Misticismo. Este hecho, la intención de hacer un libro de texto de referencia sobre todas las cuestiones místicas, explicará el método inusual adoptado en esta serie de artículos.
En la primera parte daremos un resumen de la doctrina sufí con abundantes citas de obras sufíes. En la segunda, expondremos en detalle las prácticas y los símbolos sufíes.
A continuación figura una lista parcial de las obras consultadas y citadas sin más:
(NdT: las referencias literarias se mantendrán en inglés, ya que estas obras son desconocidas para el traductor del texto, por lo que he decidido dejar esta sección en su idioma original y evitar en lo posible una traducción inadecuada.)
Tholuck, Sufismus, sive theosophia persarum — Tholuck, Bluthensamm-lung der morgenl Mystik — Malcolm, Hist. of Persia — Trans. of the lit. soc. of Bombay, vol. i, art. por Capt. Graham — J. von Hammer, Geschichte der Schonen Redekunste Persiens, mit einer Bluthenlese — Garcin de Tassy, la poesie phil. et rel. chez les Persans, in Rev. cont. 1856 — Fleischer, uber die farbigen Lichterscheinungen der Sufis, in Zeitsh. f. morgl. Geselsch. vol. 16 — G. P. Brown, The Dervishes, or Oriental Spiritualism — Journal of Am. Orient. Soc., vol. 8 — The Dabistan, or school of sects — E. H. Palmer, Oriental Mysticism — Persian Poetry por S. Robinson — Th. P. Hughes, Dict. of Islam — Ousely, Biographical notices of Persian poets — Omar Khayyam, see ed. illust. by Vedder — Al Gazzali, la perle precieuse, par L Gautier — Allegories recits poetiques traduit de l'arabe, du persan &c., par Garcin de Tassy — Al Gazzali, Alchemy of Happiness tr. por H. A. Homes — Hammer-Purgstall, Literatur-Geschichte der Araber — The works of Nizami, Saadi, Attar, Jellalladin Rumi, Hafiz, Jami, Hatifi, &c., in English, French, German and Latin translations — Lane's transl. of the Quran — &c., &c.
Se admite generalmente entre los sufíes que uno de los grandes fundadores de su sistema, tal como se encuentra en el Islam, fue el hijo adoptivo y yerno del Profeta, Ali-ibn-Abi-Talib. Pero también se admite que su sistema religioso ha existido siempre en el mundo, antes de Mahoma. Se sabe que una tribu, Sufah, de la que posiblemente deriva el nombre, en "el tiempo de la ignorancia" se separó del mundo y se dedicó a ejercicios espirituales como los de los sufíes actuales.
Así pues, el sufismo en sus formas más conocidas debe considerarse la filosofía del mahometismo y representar la protesta del alma humana contra el formalismo y la esterilidad de la letra del Corán. Schmokler (Essai sur les ecoles philos. chez les Arabes) afirma que el sufismo no es ni un sistema filosófico ni el credo de una secta religiosa, sino simplemente una forma de vida.
Quizá la afirmación más sencilla sea ésta: El sufismo es la teosofía desde el punto de vista del mahometismo.
A menudo se llama autor del sufismo a Said-Abul-Chair (hacia el año 820 d.C.). Abu Hashem (767 d.C.) ha sido llamado el primer sufí.
El Dabistan mantiene la identidad de los Sufis puros y la del Platonismo y se ha supuesto popularmente que el Sufismo ha tomado prestado mucho del Vedanta y de Platón y Aristóteles; incluso se ha afirmado con confianza que la similitud es tan sorprendente para el estudiante, que es una cuestión muy fácil encontrar declaraciones idénticas en cualquiera de ellos. Debemos confesar que nuestro estudio no prueba esta afirmación. La similitud se explica por la universalidad de la verdad.
La raíz de la palabra implica sabiduría, el griego Sophia, pureza, espiritualidad, etc. Algunos la han relacionado con suf, lana, por la prenda de lana que llevaban los devotos.
Graham (1) sostiene que "cualquier persona, de cualquier religión o secta, puede ser sufí. El misterio radica en esto: una total desvinculación de la mente de todas las preocupaciones temporales y actividades mundanas; un desprendimiento total no sólo de toda superstición, duda o similar, sino del modo práctico de adoración, ceremonias, etc., establecidas en cada religión, que los mahometanos denominan Sheriat, que es la ley o ley canónica; y dedicarse únicamente a la abstracción mental y a la contemplación del alma y la Deidad, su afinidad, etc.". En resumen, el sufismo puede denominarse la religión del corazón, en oposición al formalismo y al ritualismo.
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1. Trans. Bomb. lit. Soc. Comp. the Dabistan.
(NdT: enlace, donde se expone un poco de lo que el sufismo es, AQUÍ )
"Las huellas de la doctrina sufí existen de una forma u otra en todas las regiones del mundo. Se encuentra en las teogonías más espléndidas de la antigua escuela de Grecia y de los filósofos modernos de Europa. Es el sueño del más ignorante y del más erudito, y se le ve en un momento complaciéndose a la sombra de la facilidad, en otro atravesando el desierto sin senderos". (Malcolm Hist. de Persia.)
Abu-Said-Abul-Chair, el acreditado fundador del sufismo, cuando le preguntaron qué era el sufismo, respondió: "Lo que tengas en la cabeza, déjalo; lo que tengas en la mano, tíralo; sea lo que sea que te encuentres, no te apartes de ello".
Dschuneid, un Shaij sufí, definió así el sufismo: "Liberar la mente de la violencia de las pasiones, aplazar las pretensiones de la naturaleza, extirpar la naturaleza humana, reprimir el instinto sensual, adquirir cualidades espirituales, elevarse a través de la comprensión de la sabiduría y practicar lo que es bueno, ése es el objetivo del sufismo."
Abul Hussein Nuri se expresó así: "El sufismo no es ni precepto ni doctrina, sino algo innato. Si fuera un precepto, podría seguirse; si fuera una doctrina, podría aprenderse; es más bien algo innato - y como dice el Corán: 'Habéis sido creados a imagen de Dios'. Evidentemente nadie puede, ni por aplicación ni por enseñanza, poseer la semejanza de Dios."
Sólo la Deidad ES y penetra todas las cosas. Todas las cosas visibles e invisibles son una emanación de la Deidad, y no son absolutamente distintas de ella.
Una secta, "los Unionistas", creen que Dios es como uno con cada ser iluminado. Comparan al Todopoderoso con una llama, y sus almas con carbón; y dicen que, del mismo modo que el carbón, cuando se encuentra con la llama, se convierte en llama, la parte inmortal, por su unión con Dios, se convierte en Dios.
Según el Dabistan, la presencia de la Deidad universal es quíntuple. La primera es la presencia del "misterio absoluto". El misterio absoluto es uno con "los prototipos invariables" (o realidades de las cosas). El segundo es la presencia del "misterio relativo", que pertenece a los intelectos y espíritus puros. La tercera es la presencia de "la relación misteriosa", que está más cerca de la evidencia absoluta: es el mundo de la semejanza o del sueño. La cuarta es la presencia de la "evidencia absoluta" que se extiende desde el centro de la tierra hasta la mitad del noveno cielo empíreo. La quinta es "la presencia del resto", que es el universo en sentido amplio y la humanidad en un sentido restringido.
Silvestre de Sacy da la siguiente explicación a lo anterior de Jorjani. Las cinco presencias divinas son (1) la presencia de la ausencia absoluta (o misterio); su mundo es el mundo de las sustancias fijas en la presencia científica. A la presencia del misterio absoluto se opone: (2) la presencia de la asistencia absoluta; es el mundo del trono o sede de Dios, de las cuatro naturalezas elementales. (3) La presencia de la ausencia relativa; ésta se divide en dos partes: La una más próxima a la presencia del misterio absoluto; cuyo mundo es el de los espíritus, que pertenecen a lo que se llama inteligencias y almas desnudas: la otra: (4) Más próxima a la presencia de la asistencia absoluta: cuyo mundo es el de los modelos (imágenes). (5) La presencia que comprende los cuatro precedentes, y su mundo es el de la humanidad, mundo que reúne todos los mundos y todo lo que contienen.
No hay diferencia absoluta entre el Bien y el Mal; todo lo que existe, existe en unidad y Dios es el verdadero autor de todos los actos de la humanidad.
(NdT: Hay que aclarar esta afirmación, si es cierto que la humanidad en su Naturaleza más elevada y el Espíritu Supremo son UNO, también es cierto que la maldad de la humanidad es producto de su desarmonía e ignorancia y si no se hace una distinción clara de estos dos conceptos dicha afirmación conduce al incauto que no diferencia a crear en su mente un falso concepto. El autor de la frase hace referencia es a la Naturaleza en su sentido más amplio de la palabra desde el punto de vista de los humanos, que como dicen los Mahatmas “La naturaleza esta desprovista de bondad o malicia, ella solo sigue Leyes inmutables”)
El sufí dice que el mal sólo vino al mundo a través de la ignorancia, y que la ignorancia es la causa del error y la desunión entre los hombres. El siguiente relato responde a la cuestión: "Cuatro viajeros -un turco, un árabe, un persa y un griego-, reunidos, decidieron tomar su comida en común, y como cada uno no tenía más que diez paras, consultaron juntos qué debían comprar con el dinero. El primero dijo Uzum, el segundo Ineb, el tercero se decidió por Inghur y el cuarto insistió en Stafilion. A raíz de esto surgió una disputa entre ellos y estaban a punto de llegar a las manos, cuando un campesino que pasaba por allí por casualidad conocía las lenguas de los cuatro y les trajo un cesto de uvas. Ahora descubrieron, con gran asombro, que cada uno tenía lo que deseaba".
Creen que el principio emanante, procedente de Dios, no puede hacer nada sin Su voluntad y no puede abstenerse de nada que Él quiera. Algunos de ellos niegan la existencia del mal basándose en que de Dios sólo puede proceder el bien.
Los Dabistan: Una secta, "los Eternos", concibe que el hombre es enseñado en su deber por una orden misteriosa de sacerdocio, (2) cuyo número y rangos son fijos, y que ascienden en gradación desde los senderos más bajos hasta la altura más sublime del conocimiento divino.
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2. El Dabistan: El profeta es una persona que es enviada al pueblo como su guía hacia la perfección que le ha sido fijada en presencia de Dios, según la exigencia de las disposiciones determinadas por las sustancias fijadas, ya sea la perfección de la fe, u otra.
El alma existía antes que el cuerpo y está confinada en él como en una jaula. Para el sufí, la muerte es la liberación y el retorno a la Deidad.
El alma está confinada en un cuerpo (metempsicosis) para purificarse, para cumplir su destino, la unión con la Deidad.
Sin la gracia de Dios (Fazlu allah) ningún alma puede alcanzar esta unión, pero la gracia de Dios puede obtenerse pidiéndola fervientemente.
El alma del hombre es de Dios, no de Dios, un exilio de Él; vive en el cuerpo como en una prisión y destierro de Dios. Antes de su exilio el alma veía la Verdad, pero aquí sólo tiene vislumbres "para despertar la memoria adormecida del pasado". El objeto de toda enseñanza sufí es conducir al alma hacia adelante por grados hasta alcanzar de nuevo ese estadio.
"Decís 'el mar y las olas', pero en esa observación no creéis significar objetos distintos, pues el mar cuando se agita produce olas, y las olas cuando vuelven a calmarse se convierten en mar; del mismo modo los hombres son las olas de Dios, y después de la muerte vuelven a Su seno. O trazas con tinta sobre el papel las letras del alfabeto, a, b, c; pero estas letras no son distintas de la tinta que te permitió escribirlas; de la misma manera la creación es el alfabeto de Dios, y se pierde en Él."
son asuntos indiferentes; sin embargo, sirven como peldaños hacia las realidades. algunas son más útiles que otras, entre ellas el al-islam, del cual el sufismo es la verdadera filosofía.
El mundo es vida e intelecto, hasta el reino mineral; pero la manifestación del intelecto en cada uno está determinada por la temperatura de la constitución humana. A veces la belleza alcanza una excelencia que se expresa con éxtasis, y se convierte en una modulación más poderosa que la que golpea el oído; y esto es obra del profeta.
El deber principal de esta vida es la Meditación sobre la Unidad de la Deidad (wahdaniyah), el Recuerdo del Nombre de Dios (Zikr) y la Progresión en la Tarigah (el Camino, el Viaje de la Vida).
La vida humana es un viaje (safar) y los buscadores de Dios son viajeros (salik). El conocimiento perfecto (marifah) de la Deidad tal y como se difunde a través de la creación es el propósito del viaje. El sufismo es la guía, y el fin del viaje, la Unión con Dios.
El estado natural de todo ser humano es nasut. En esta pizarra el discípulo aún no puede observar la Ley (shariat). Es la forma más inferior de existencia espiritual.
Los estados en la Tarigah son los siguientes:
El primer estado se llama Shariat - el estado de la ley o método. Las pasiones del estudiante son controladas en este grado por una rígida observancia del ritual, etc., por lo que aprende la naturaleza humana y a respetar el orden y descubre por sí mismo los rudimentos del conocimiento de Dios.
El segundo estado es Tureequt o el sendero o camino. Este estado implica el culto mental o espiritual, abstraído totalmente de lo anterior. El estudiante aprende a ver la naturaleza propedéutica (NdT: la enseñanza preparatoria) de las ceremonias y se consagra a las realidades. En este estado comienzan los ejercicios ascéticos y mantiene comunión con Melkut o el mundo angélico.
El tercer estado, Huqeequt, o el estado de la verdad, es el estado de inspiración o de mayor conocimiento natural. El sufí ya no vive en la fe, sino en la verdad subjetiva y el poder espiritual; ha visto la similitud de la naturaleza de Dios y la suya propia; todas las antinomias (NdT: contradicciones entre dos principios racionales) son destruidas, incluso el pecado desaparece de sus reflexiones.
El cuarto y último estado es Marifut o unión del espíritu y el alma con Dios. "La unión (con Dios) es la realidad, o el estado, la verdad y la percepción de las cosas, cuando no hay señor ni siervo". Aún así "el hombre de Dios no es Dios; pero no está separado de Dios". En esta etapa al hombre "se le quitará el velo corpóreo, y su alma emancipada se mezclará de nuevo con la esencia gloriosa, de la que había estado separada, aunque no dividida." (3)
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3. A este estado se refieren los sufíes con las palabras de Mahoma: "Tengo momentos en los que ni el profeta ni el ángel pueden comprenderme".
Aziz Ibn Muhammad Nafasi, en un libro titulado al-Maqsadu 'l-Aqsa o "El objetivo más remoto" (transcrito en Oriental Mysticism, de E. H. Palmer), describe el viaje de forma algo diferente a la descrita anteriormente.
Cuando un hombre que posee los requisitos necesarios de facultades de razonamiento plenamente desarrolladas recurre a ellas para resolver sus dudas e incertidumbres sobre la naturaleza real de la Divinidad, se le llama talib "buscador de Dios".
Si tiene más deseos de progresar se le llama "murid" o "el que se inclina", y se pone bajo la instrucción y guía de un maestro y se convierte en un "viajero".
La primera etapa de su viaje se denomina "ubudiyah" o "servicio" y es como se ha descrito anteriormente.
La segunda etapa es ishq o "amor". Ama a Dios. El amor divino que llena su corazón, expulsa todos los demás amores y le lleva a la tercera etapa, Zuhd o "reclusión". Se ocupa exclusivamente de la contemplación de Dios y sus atributos, y llega al cuarto estado, Marifah o "conocimiento".
Una vez establecido, llega a la quinta etapa, wajd o "éxtasis", ahora recibe revelaciones y pronto alcanza la sexta etapa, la de hagigah o "verdad" y procede al estado final, el de "wasl" o "unión con Dios".
Ahora ha terminado el viaje y permanece en el estado al que ha llegado, continuando, sin embargo, progresando en la profundidad de la comprensión. Finalmente llega a "la absorción total en la Deidad".
El Zikr, o ejercicios extáticos pertenecientes al entrenamiento en este viaje, serán explicados en nuestra segunda parte: Los Símbolos.
LAS SIETE ESTACIONES DEL CAMINO DEL PEREGRINO son éstas: (4)
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4. Del Dabistan. Comp. Zeitschrift d. morgl. Gesellsch,16 art. de Fleischer Ueber die farbigen lichterscheinungen der Sufis.
El primer grado consiste en la penitencia, la obediencia y la meditación, y en este grado la luz es, por así decirlo, verde.
El segundo grado es la pureza del Espíritu de las cualidades satánicas, la violencia y la brutalidad, porque mientras el espíritu sea esclavo de las cualidades satánicas, está sujeto a la concupiscencia, y ésta es la cualidad del fuego. En este estado Iblis manifiesta su fuerza, y cuando el espíritu se libera de esto, se angustia con la cualidad de la ferocidad, que puede decirse que es centelleante y esto es conforme a la propiedad del viento. Entonces se vuelve insaciable (lit. ávido de cualquier cosa en exceso), y esto es similar al agua. Después obtiene la quietud, y esta cualidad se asemeja a la tierra (es decir, apatía o cesación de toda acción). En el grado de reposo, la luz es como azul, y el máximo alcance de su progreso es el dominio terrenal.
El tercer grado es la manifestación del corazón, por cualidades loables, que es similar a la luz roja, y el alcance máximo de su progreso es la mitad del dominio superior; y en esta estación el corazón alaba a Dios, y ve la luz de la adoración y las cualidades espirituales.
El cuarto grado es la aplicación de la constitución a nada más que a Dios y esto es similar a la luz amarilla, y el alcance máximo de su progreso es la mitad del "dominio" celestial Malkat.
El quinto grado del alma es el que se asemeja a la luz blanca, y el máximo alcance de su progreso es el extremo dominio celestial.
El sexto grado es el oculto, que es como una luz negra, y el máximo alcance de su progreso es "el mundo del poder".
El séptimo grado es "la evanescencia de la evanescencia", que es aniquilación " y ''vida eterna", y es incoloro. Es absorción en Dios, inexistencia y borramiento de lo imaginario en el ser verdadero, como la pérdida de una gota de agua en el océano. Es la vida eterna como la unión de la gota con el mar. "Aniquilación" no debe tomarse en la acepción común, sino en un sentido más elevado, "aniquilación en Dios".
(NdT: es lo equivalente a decir, que es el grado máximo donde el Adepto se ha sumergido y se ha hecho uno con la Deidad Absoluta, el Espíritu Supremo, ha dejado de ser un él o un yo y se ha convertido en un TODO Absoluto. Esta es la aniquilación en su sentido más elevado.)
Los sufíes inculcan la doctrina: "Adora a la Deidad en sus criaturas". Se dice en un versículo del Corán - "No le es dado al hombre que la Deidad le hable; si lo hace es por inspiraciones, o a través de un velo." Así pues, todos los esfuerzos del hombre deben tender a levantar el velo del amor divino y a la aniquilación de la individualidad que le separa de la esencia divina; y esta expresión "levantar el velo" ha quedado en el lenguaje de Oriente como expresiva de una gran intimidad.
Uno de los más violentos y hábiles enemigos de los sufíes, dice que ellos consideran que todo en el mundo es un tipo de la belleza y el poder de la Deidad y añade que se desprende tanto de sus acciones como de sus escritos, que es en las mejillas rojas de las bellas damiselas donde contemplan su belleza; y en la "impía" audacia de Nimrod y del Faraón, donde ven y admiran la omnipotencia de su poder. (5)
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5. J. P. Brown, Dervishes pp. 333.
El comentarista persa Suruni dice respecto al amor sexual: "la belleza de la esposa es un rayo de Dios y no de la propia amada. El místico reconoce el hecho de la belleza divina en todas partes de la creación, y ama porque ve en la belleza una revelación de las bendiciones del nombre divino. Por eso el profeta dice que prefiere estas tres cosas a todas las demás: las mujeres, el incienso y los goces".
Jellaladdin Rumi dijo: "Ellos (los sufíes) profesan el deseo ansioso, pero sin afecto carnal, y hacen circular la copa, pero sin copa material: puesto que todas las cosas son espirituales, todo es misterio dentro del misterio."
exclama Jami, dirigiéndose a la Deidad:
Nizami se explica:
Con respecto a Hafis, se sostiene que por vino entiende invariablemente devoción; y sus admiradores han llegado a componer un diccionario de palabras del lenguaje, como ellos lo llaman, de los sufíes. En ese vocabulario el sueño se explica por la meditación en las perfecciones divinas, y el perfume por la esperanza del favor divino; los vendavales (es decir, los Zéfiros) son lapsos de gracia; los besos y los abrazos, los raptos de piedad; los idólatras, los infieles y los libertinos son hombres de la religión más pura, y su ídolo es el creador mismo: la taberna es la celda donde el buscador de la verdad se embriaga con el vino del amor divino. Leídas con esta clave del significado esotérico, dice el señor Clouston, las gacelas de Hafis ya no son efusiones anacreónticas y bacanales, sino elucubraciones extáticas sobre el amor del hombre a su creador. El guardián, o vendedor de vino, el instructor espiritual: la belleza denota la perfección del ser supremo; las trenzas y los rizos son la expansión y la infinitud de su gloria; los labios, los misterios ocultos e inescrutables de su esencia; abajo, en la mejilla, el mundo de los espíritus, que rodean el trono del creador; y un lunar negro es el punto de la unidad indivisible; por último, el desenfreno, el júbilo y la ebriedad, significan el ardor religioso, el éxtasis y la abstracción de todos los pensamientos terrenales y el desprecio de todas las cosas mundanas.
Mohemmed Missiree: Sobre el Tesavuf, o vida espiritual de los sufíes. Traducido del turco por John P. Brown, Esq., de la embajada americana en Constantinopla. (En Journ. of Am. Orient. Soc. vol. viii.):
¿Cuál es el principio de at-Tesavuf? La fe, que tiene seis pilares, a saber: (1) La creencia en Dios, (2) en Sus Ángeles, (3) en Sus Libros, (4) en Sus Profetas, (5) y en el Último Día, y (6) en Su decreto del Bien y del Mal. ¿Cuál es el resultado del Tesavuf? No es sólo recitar con la lengua estos pilares de la fe, sino también asentarlos en el corazón. ¿Cuál es la diferencia entre un sufí y una persona ordinaria? El conocimiento de una persona ordinaria es una "fe falsificada" mientras que el del sufí es "fe verdadera" ¿Qué quiere decir con "fe falsificada"? Es la que una persona ordinaria ha derivado de sus antepasados, o de los maestros y predicadores de su propio tiempo, sin saber por qué es esencial que un hombre crea en estos seis artículos para la salvación de su alma. ¿Cuál es la prueba de la fe? La prueba de la fe consiste en buscar el verdadero origen de cada uno de estos seis pilares de la fe, hasta llegar a "la Verdad". Los sufíes consideran lícitas ciertas cosas que están prohibidas. Por ejemplo, recomiendan el uso del vino, las cavas (bodehas donde se guarda el vino), la copa de vino, los enamorados; hablan de los rizos de sus amantes y de los lunares de sus caras, mejillas, etc. y comparan los surcos de sus cejas con versículos del Corán. ¿Qué significa esto? Los sufíes a menudo cambian las características externas de todas las cosas por las internas, lo corpóreo por lo espiritual, y así dan un significado imaginario a las formas externas. Contemplan los objetos de naturaleza preciosa en su carácter natural y por esta razón la mayor parte de sus palabras tienen un significado espiritual y figurado. Por ello, la mayor parte de sus palabras tienen un significado espiritual y figurado. Por ejemplo, cuando Hafis, mencionan el vino, se refieren al conocimiento de Dios, que, considerado en sentido figurado, es el amor de Dios. El vino, visto en sentido figurado, es también amor; amor y afecto son aquí la misma cosa. La bodega, con ellos, significa "director espiritual", pues se dice que su corazón es el depositario del amor de Dios. El enamorado significa el preceptor excelente, porque, cuando alguien ve a su amada, admira sus proporciones perfectas, con el corazón lleno de amor. Como el amante se deleita en presencia de su amada, así el Salik se regocija en compañía de su amado preceptor. La novia es el objeto de un afecto mundano, pero el preceptor de un apego espiritual. Los rizos o tirabuzones de la amada son las alabanzas agradecidas del preceptor, que tienden a ligar los afectos del discípulo; los lunares de su rostro significan que cuando el alumno, a veces, contempla la ausencia total de todos los deseos mundanos por parte del preceptor, abandona también todos los deseos de ambos mundos -quizá llegue incluso a no desear otra cosa en la vida que a su preceptor; los surcos de la frente del amado, que comparan con versículos del Corán, significan la luz del corazón del preceptor; se comparan con versículos del Corán, porque el preceptor posee los atributos de Dios, de acuerdo con el mandato del Profeta: "Revestíos de cualidades divinas".
Oh Señor, cuyos secretos están por siempre velados, y cuya perfección no conoce principio. El fin y el principio se pierden en ti; Ningún rastro de ellos se encuentra en tu reino eterno. Mis palabras son cojas; mi lengua, un pedregal; Lento vuela mi pie, y ancha es la extensión. Confusos son mis pensamientos; pero ésta es tu mejor alabanza - Sólo en éxtasis te veo cara a cara.
¿Qué aconsejáis, oh Musselmans? Yo no me conozco; yo (El alma soliloquizando. [NdT: soliloquizar: es la capacidad de hablar consigo mismo]) no soy cristiano ni judío, ni soy adorador del fuego ni Muselmano. No soy de Oriente ni de Occidente, ni soy de tierra ni de fuego. No soy del país de Irán, ni soy de la tierra de Khoorassan. No soy de agua ni de aire, ni soy de fuego ni de tierra. No soy de Adán ni de Eva, ni de los habitantes del paraíso. Mi lugar no es ningún lugar, mi signo es sin signo: No tengo cuerpo ni alma, - ¿qué hay entonces? Soy el alma de mi Amado. (La Deidad.) Cuando saqué mi corazón, los dos mundos vi como uno. Él es el primero, Él es el último, Él es lo manifestado, Él es lo secreto. Excepto Él, y que yo soy Él, no conozco nada más. Oh tú, Shems Tebreez, ¿por qué este rapto, en este mundo? Excepto con rapto, y ardor entusiasta, este trabajo no puede ser efectuado."
(NdT: Rapto, entiendase por éxtasis)
Por toda la tierra he vagado, buscando aún la luz del faro. Nunca me detuve durante el día, nunca busqué reposo por la noche; Hasta que oí a un virtuoso predicador declarar todo el misterio, Entonces miré dentro de mi pecho, y allí brillaba intensamente. (E. H. Palmer, Orient. Myst.)
Quien así se conoce a sí mismo, conoce a la Divinidad. - Tu alma es la prueba suficiente de la existencia de la Divinidad: Cuando por la reflexión hayas penetrado hasta lo más profundo de tu interior, descubrirás allí al Artífice Universal de su obra. (D'Herbelot — Persian Paraphrases.
¿Quieres saber dónde encontré al Supremo? Un paso más allá del yo. - Detrás del velo del yo brilla invisible la belleza del Amado. — (Aphorisms.)
¡Alma del alma! Ni el pensamiento ni la razón comprenden tu esencia, y nadie conoce tus atributos. Las almas no tienen idea de tu ser. Los mismos profetas se hunden en el polvo ante ti. Aunque el intelecto existe por ti, ¿ha encontrado alguna vez el camino de tu existencia? Tú eres el interior y el exterior del alma. - (Attar.)
Los que ven a Dios están siempre extasiados. *** (El Mesnevi.)
Los variados cuadros que he dibujado en el espacio, Contemplad qué bellas y hermosas vistas parecen; Una ojeada les di de mi glorioso rostro, Y ¡he aquí! es ahora el tema universal. (E. H. Palmer, Orient. Myst.)
Reconoce la marca de la Deidad en cada lugar, y nunca pongas el pie sin su propio límite. El mundo es la imagen de la Deidad. — (Buslami.)
(NdT: Rabi’a al-‘Adawiyya, fue una mística Sufi del siglo II de la hégira, VIII del calendario cristiano), es sin duda alguna, una de las grandes santas del Islam y figura indiscutible de la espiritualidad musulmana. Respetada y venerada como maestra, la tradición sufí encuentra en su enseñanza parte al menos de sus orígenes, y a ella es necesario remontarse para hallar el inicio de esa senda, la del puro amor, que muy pronto será una de las señas de identidad del tasawwuf, o sufismo. El Corán nunca será entendido sin la ayuda del Sufismo, así como la Biblia nunca será entendida sin la ayuda del genuino ocultismo.)
— Se cuenta que la viuda Rabia (siglo II) dijo: "Una herida interior consume mi corazón; sólo puede curarse mediante la comunión con un amigo. (La Deidad.) Permaneceré enferma hasta el día del juicio, cuando llegue mi fin. —
— Se cuenta de Rabia que una vez, cuando le pidieron que se casara, respondió: Mi ser ha estado durante mucho tiempo en comunión conyugal; por eso digo que mi ego hace tiempo que se ha perdido en sí mismo y ha surgido de nuevo en Él (en Dios); desde entonces estoy enteramente en Su poder, sí, yo soy Él. Él, que me pidiera una novia, me lo pediría, no de mí misma, sino de Él (Dios). Hassan Basri (un famoso teólogo mahometano) le preguntó cómo había llegado a ese estado. Ella respondió: De este modo, todo lo que había encontrado lo volví a perder en Él (Dios). Cuando se le preguntó de qué modo lo conocía, respondió: Oh, Hassan, tú Le conoces por ciertos métodos y medios, yo Le conozco sin modos ni medios.—
— Ibn Chali Kan cuenta de Rabia que a menudo, en mitad de la noche, subía al tejado y en su soledad gritaba: ¡Oh, Dios mío! Ahora se acalla el ruido del día, y el amante disfruta de la noche con la amada, pero yo disfruto en mi soledad contigo; Tú eres mi verdadero amante. —
— Se cuenta de ella que una vez, mientras viajaba a La Meca, al ver la Kaaba exclamó: ¿Qué es la Kaaba para mí? ¡Necesito al Señor de la Kaaba! Estoy tan cerca de Dios que me aplico sus palabras: Al que se acerca a mí un palmo, yo me acerco un metro. ¿Qué es la Kaaba para mí? —
— Feri'd Eddin Attar cuenta de ella que, una vez, mientras cruzaba los campos, gritó: ¡Un profundo anhelo de Dios se ha apoderado de mí! Es cierto que Tú eres tierra y piedra, pero anhelo contemplarte a Ti, a Ti mismo. El alto Dios le habló en su corazón, sin médium: ¡Oh, Rabia! ¿No sabes que una vez, cuando las Musas pidieron ver a Dios, sólo cayó un grano del sol y él se derrumbó: ¡Satisfácete con mi nombre!—
— Una vez le preguntaron si contemplaba a Dios mientras lo adoraba. "Ciertamente", dijo ella, "Le contemplo, pues a Quien no puedo ver, no puedo adorar".—
— Una vez, cuando Rabia estaba enferma, la visitaron tres famosos teólogos: Hassan Basri, Malik Dinar y Schakik Balchi. Hassan dijo: No son sinceras las oraciones de aquel hombre que se niega a soportar los escarmientos del Señor. Schakik añadió: No es sincero quien no se alegra de los escarmientos del Señor. Pero Rabia, que detectó alegría egoísta incluso en esas palabras, replicó: No es sincero en sus oraciones quien, al contemplar a su Señor, no olvida por completo que está siendo escarmentado. —
— En una ocasión, Rabia fue interrogada sobre la causa de una enfermedad y respondió Me permití pensar en las delicias del paraíso, por eso mi Señor me ha castigado. —
Munsoor Halaj alcanzó la victoria del cuerpo, mediante la oración y la contemplación incesantes. Solía decir "Yo soy la Verdad".
Se cuenta de él la siguiente historia. Observó que su hermana salía con frecuencia por la noche, y preguntándose qué significaba aquello, resolvió observarla y ver adónde iba. Así lo hizo y descubrió que iba a una compañía de espíritus celestiales, que le daban de su néctar o bebida inmortal. Pensando que podría quedar una gota en la copa después de que su hermana hubiera bebido de ella, la cogió y, en contra de su advertencia, obtuvo una gota del fluido divino. Desde entonces no cesó de exclamar: "¡Yo soy la Verdad!". Esto fue demasiado para los observadores de la ley canónica y lo condenaron a ser empalado vivo. Cuando vinieron a llevárselo, les dijo que no les temía, que no podían hacerle ningún daño, y cuando lo estaban clavando en la estaca, desapareció de su vista y apareció sentado en el aire a poca distancia de la estaca. Esto se repitió varias veces. Su espíritu subió al cielo y preguntó al Profeta si era justo que sufriera. El Profeta le aconsejó que sufriera, pues de lo contrario se pondría fin a la religión formal. Ante esto, el espíritu de Munsoor Halaj descendió y permitió que el cuerpo siguiera el curso de la naturaleza. Cuando estaba a punto de ser empalado, llamó a uno de sus discípulos, le contó el secreto y le dijo que su voz, "Yo soy la Verdad", se oiría cuando, después de quemarlo, arrojaran sus cenizas al mar; y que el mar se elevaría y desbordaría toda la tierra, si no cogían su godhra (un godhra es la sábana de jirones sobre la que los faquires se acuestan y se echan sobre los hombros) y la colocaban sobre las olas crecientes. Así sucedió todo. —
Un poeta sufí ha explicado que la causa de la muerte de Munsoor reside en el hecho de que reveló un misterio.
De Shems Tebreez se cuenta la siguiente historia. Levantó de la muerte al hijo único de un rey arrojando su manto sobre él y ordenándole: "Levántate por mi orden". Por ello fue convocado ante el tribunal eclesiástico y condenado a ser desollado vivo. Cuando llegó el momento de ejecutar la sentencia, ningún cuchillo pudo cortarle, su cuerpo era invulnerable. Se cuenta que ascendió en espíritu al cielo y el Profeta le ordenó que se sometiera a su castigo, lo que posteriormente hizo. Él mismo indicó a los doctores de la Ley cómo empezar a cortar la piel de sus pies, o más bien hizo la incisión él mismo. Cuando lo hubieron desollado, pidió que le dieran su propia piel, pues así se cumplía la letra de la ley, y se la dieron. Con ella se hizo su Khirqeh o hábito de derwish, se lo echó sobre los hombros y se marchó.
Después de esto, los doctores de la ley ordenaron a todos que no le dieran nada de comer, beber, etc. Así permaneció algunos días sin comer, etc. Por fin encontró un buey muerto y cortó un trozo, pero como nadie se atrevía a darle fuego, ordenó al sol que descendiera del firmamento y se acercara para asar su carne. El sol obedeció, pero el príncipe y el pueblo, temiendo las consecuencias, le imploraron que aliviara sus sufrimientos ordenando al sol que volviera a su posición. Él accedió a su petición.
Al-Ghazzali (Abu Hamid Muhammed ibn Muhammad ibn Ahmad al Ghazzali.) apellidado Hajjatu 'l-Islam ("la prueba del Islam"). Nació en Tus 1058 d. C. y murió en 1111 d. C. -
Las siguientes son sus propias palabras: "Me dije a mí mismo: el objetivo de mi vida es simplemente conocer la verdad de las cosas; por lo tanto, debo averiguar qué es el conocimiento. * * Me dije entonces que la única esperanza de adquirir convicciones incontestables es por las percepciones de los sentidos y por las verdades necesarias. Su evidencia me parecía indudable. Pronto empecé a examinar los objetos de la sensación y de la especulación para ver si estaban fuera de toda duda y las dudas se agolparon en mí, hasta que mi incertidumbre se hizo completa. * * Abandoné, pues, los sentidos, habiendo visto tambalearse toda mi confianza en su verdad. * * * Tal vez, dije, no hay más seguridad que en las nociones de la razón, es decir, en los primeros principios. * A esto los sentidos replicaron: "¿Qué seguridad tienes de que tu confianza en la razón no sea de la misma naturaleza que tu confianza en nosotros? ¿No puede haber algún otro juez superior a la razón? La no aparición de tal juez no es prueba de su inexistencia. * * * Llegué a reflexionar sobre el sueño, cómo durante el sueño damos a las visiones, realidad y consistencia, y no tenemos sospecha de su falsedad. Al despertar vemos que no eran más que visiones. ¿Qué seguridad tenemos de que todo lo que sentimos, vemos y sabemos cuando estamos despiertos existe realmente?".
Al Gazzali había llegado a la incredulidad y la desconfianza en el mundo de los sentidos. Regaló sus riquezas, abandonó Bagdad y se retiró a Siria, al desierto, donde pasó dos años en lucha solitaria, combatiendo sus pasiones, purificó su corazón y se preparó para otro mundo. Alcanzó la libertad. Después dijo: "La vida del hombre pasa por tres grados. El primero o estado infantil es el de la pura sensación; el segundo es el del entendimiento, y el tercero el de la razón, donde el intelecto percibe las verdades necesarias, etc. Pero hay un cuarto estado, más allá de estos tres, en el que el hombre percibe las cosas ocultas, que han sido y que serán y las cosas que escapan tanto a los sentidos como a la razón. Este estado es la Libertad".
CAPÍTULO. I. SOBRE EL CONOCIMIENTO DEL ALMA, Y CÓMO EL CONOCIMIENTO DEL ALMA ES LA CLAVE PARA EL CONOCIMIENTO DE DIOS.
¡Oh buscador de los misterios divinos! Has de saber que la puerta del conocimiento de Dios se abrirá al hombre, en primer lugar, cuando conozca su propia alma, y comprenda la verdad sobre su propio espíritu, según ha sido revelado: "el que se conoce a sí mismo, conoce también a su Señor."
Si deseas, ¡oh buscador del camino! conocer tu propia alma, debes saber que el bendito y glorioso Dios te creó de dos cosas: una es un cuerpo visible, y la otra es algo interno, que se llama espíritu y corazón, que sólo puede ser percibido por la mente. Pero cuando hablamos del corazón, no nos referimos al pedazo de carne que está en el lado izquierdo del pecho del hombre, pues eso se encuentra en un cuerpo muerto y en los animales: se puede ver con los ojos, y pertenece al mundo visible. Ese corazón, que se llama enfáticamente espíritu, no pertenece a este mundo, y aunque ha venido a este mundo, sólo ha venido para dejarlo. Es el soberano del cuerpo, que es su vehículo, y todos los órganos externos e internos del cuerpo son sus súbditos. Su atributo especial es conocer a Dios y gozar de la visión de la Belleza del Dios Vedado. - Te preguntarán por el espíritu. Responde: "El espíritu es una creación por decreto del Vado. El espíritu pertenece al mundo de los decretos. Toda existencia es de dos clases, una es del mundo de los decretos, y la otra es del mundo de la creación. A Él pertenecen la creación y el decreto".
— Ese espíritu que tiene la propiedad de conocer a Dios se llama corazón; no se encuentra en las bestias, ni es materia o una casualidad. El corazón ha sido creado con cualidades angélicas. Es una sustancia de la que es difícil aprehender la esencia. La ley no permite explicarla, pero no hay motivo para que el estudiante se familiarice con ella al comienzo de su viaje.
— Has de saber, oh buscador de los misterios divinos, que el cuerpo es el reino del corazón, y que en el cuerpo hay muchas fuerzas en contradicción con el corazón, como Dios dice en su Santa Palabra.
— Has de saber, ¡oh estudiante de la sabiduría! que el cuerpo, que es el reino del corazón, se asemeja a una gran ciudad. La mano, el pie, la boca y los demás miembros se asemejan a las gentes de los diversos oficios. El deseo es un abanderado; la ira es un superintendente de la ciudad, el corazón es su soberano, y la razón es el visir (asesor politico). El soberano necesita el servicio de todos los habitantes. Pero el deseo, el abanderado, es mentiroso, vanidoso y ambicioso. Siempre está dispuesto a hacer lo contrario de lo que manda la razón, el visir. Se esfuerza por apropiarse todo lo que ve en la ciudad, que es el cuerpo. La ira, el superintendente, es rebelde y corrupto, rápido y apasionado. Siempre está dispuesto a enfurecerse, a derramar sangre y a dinamitar la reputación. Si el soberano el corazón, consultara invariablemente con la razón, su visir, y cuando el deseo transgrediera, diera a la ira poder sobre él (sin embargo, sin darle plena libertad, le haría enfurecerse en sujeción a la razón, el visir, de modo que, traspasando todos los límites, no extendiera su mano sobre el reino), habría entonces un equilibrio en la condición del reino, y todos los miembros desempeñarían las funciones para las que fueron creados, su servicio sería aceptado en el propiciatorio y obtendrían la felicidad eterna.
La dignidad del corazón es de dos clases; una es por medio del conocimiento, y la otra por medio del ejercicio del poder divino. Su dignidad por medio del conocimiento es también de dos clases. El primero es el conocimiento externo, que todo el mundo entiende; el segundo está velado y no puede ser entendido por todos, y es extremadamente precioso.
— En la segunda, por el poder del pensamiento, el alma pasa del abismo al cielo más elevado, y de Oriente a Occidente.
Lo más maravilloso de todo es que hay una ventana en el corazón desde la que se contempla el mundo. Esto se llama el mundo invisible, el mundo de la inteligencia, o el mundo espiritual.
— El corazón se asemeja a un espejo puro, debes saber, en este particular, que cuando un hombre se duerme, cuando sus sentidos están cerrados, y cuando el corazón, libre y puro de afectos censurables, se enfrenta con la tabla preservada, entonces la tabla refleja sobre el corazón los estados reales y las formas ocultas inscritas en ella. En ese estado, el corazón ve las formas y combinaciones más maravillosas. Pero cuando el corazón no está libre de impureza, o cuando, al despertar, se ocupa de las cosas de los sentidos, el lado que mira hacia la tabla estará oscurecido, y no podrá ver nada. Porque, aunque en el sueño los sentidos están atrofiados, la facultad de crear imágenes no lo está, sino que conserva las formas reflejadas en el espejo del corazón.
— En la muerte, los sentidos se separan completamente y se quita el velo del cuerpo, el corazón puede contemplar el mundo invisible y sus misterios ocultos, sin velo, igual que el relámpago o los rayos celestes impresionan al ojo externo.
— Si una persona pone en ejercicio, en perfección, el santo celo y las austeridades, y purifica su corazón de la contaminación de afectos censurables, y luego se sienta en un lugar retirado, abandona el uso de sus sentidos externos, y se ocupa en gritar "¡Oh Dios! Oh Dios!" su corazón entrará en armonía con el mundo invisible, ya no recibirá avisos del mundo material, y nada estará presente en su corazón sino el Dios exaltado. En esta revelación del mundo invisible, se abren las ventanas del corazón, y lo que otros pueden haber visto en sueños, él en esta pizarra lo ve en realidad. Los espíritus de los ángeles y de los profetas se le manifiestan y mantiene relaciones con ellos. Las cosas ocultas de la tierra y del cielo le son descubiertas. * * * Probablemente el conocimiento de todos los profetas se obtuvo de esta manera, ya que no se obtuvo mediante el aprendizaje.
(NdT: las palabras ¡Oh Dios! Oh Dios!, se refiere a la meditacion que tiene como objetivo el encuentro con nuestra Naturaleza más elevada)
— Cuando el corazón está libre de las lujurias mundanas, de las animosidades de la sociedad y de las distracciones de los sentidos, la visión de Dios es posible. Y este camino es el adoptado por los místicos. También es el camino seguido por los profetas.
— El corazón del hombre, mientras está en el mundo espiritual, conoce a su Hacedor y Creador; se ha mezclado con los ángeles y sabe para qué servicio fue creado.
— A quienquiera que se le haya concedido esta revelación, si le dirige a reformar el mundo, a invitar a las naciones a volverse hacia Dios, y a una forma peculiar de vida, esa persona se llama profeta, y su forma de vida se llama ley; y esa influencia que procede de él, que trasciende lo ordinario, se llama milagro. Si no ha sido designado para invitar a las naciones, sino que adora de acuerdo con la ley de otro, se le llama santo, y lo que procede de él, que trasciende lo ordinario, se llama manifestación de la gracia.
— El conocimiento de Dios, que es la ocasión de la revelación de la verdad, no puede adquirirse sin abnegación y esfuerzo. A menos que un hombre haya alcanzado la perfección y el rango de Superior, nada le será revelado, excepto en casos de especial gracia divina y providencia misericordiosa, y esto ocurre muy raramente.
— Ahora has aprendido, oh estudiante de los misterios divinos, la dignidad del corazón a través del conocimiento.
— Ahora escucha la dignidad del corazón a través del poder divino y la grandeza de la que es capaz.
— Cuando Dios lo quiere, los ángeles envían los vientos, hacen caer la lluvia, hacen nacer el embrión en los animales, modelan sus formas, hacen brotar las semillas en la tierra y crecer las plantas, siendo muchas las legiones de ángeles destinadas a este servicio. El corazón del hombre, al haber sido creado con propiedades angélicas, también debe tener influencia y poder sobre el mundo material; * * * y si las cualidades animales y feroces no fueran dominantes, si mirara con "majestad" a un león o a un tigre, éstos se volverían débiles y sumisos. Si mirara con bondad a un enfermo, su enfermedad se transformaría en salud. Si mirara con majestuosidad a los vigorosos, podrían volverse enfermizos. La realidad de la existencia de estas influencias es conocida tanto por la razón como por la experiencia.
— En quien se demuestra que estas influencias tienen poder, si provoca miseria en el ejercicio de este poder, se le designa como hechicero.
— El corazón tiene dominio y control a través de tres canales. Uno es a través de las visiones; - el segundo es a través del dominio que el corazón ejerce sobre su propio cuerpo; - la tercera fuente de dominio del corazón es a través del conocimiento. - A algunas personas se les abren todas las cosas por voluntad de Dios. Este tipo de conocimiento se llama "infundido e iluminado" como dice Dios en su Palabra: "le hemos iluminado con nuestro conocimiento". Estas tres especialidades se encuentran todas en cierta medida en algunos hombres, en otros se encuentran dos de ellas, y en otros, sólo se encuentra una: pero siempre que las tres se encuentran en la misma persona, ésta pertenece a la categoría de los profetas o de los más grandes de los santos. El hombre no puede comprender estados del ser que trascienden su propia naturaleza. Ninguna persona puede comprender a ningún individuo que pertenezca a una escala de rango superior a él.
— El camino del misticismo es buscado por todos los hombres, y anhelado por todas las clases de la sociedad, sin embargo, aquellos que alcanzan el fin son extremadamente raros.
— El cuerpo no es más que un animal para ser montado por el corazón, que es su jinete, mientras que el fin principal del corazón es adquirir el conocimiento de Dios.
— En los libros de los antiguos profetas está escrito: "Conoce tu propia alma, y conocerás a tu Señor", y hemos recibido como tradición que "quien se conoce a sí mismo, ya conoce a su Señor".
— Cada uno, en la esfera a la que llega, está todavía cubierto por un velo. La luz de algunos es como la de una estrella parpadeante. Otros ven como por la luz de la luna. Otros son iluminados como por el sol que ilumina el mundo. Para algunos el mundo invisible es incluso perfectamente revelado, como oímos en la santa palabra de Dios: "Y así hicimos ver a Abraham el cielo y la tierra". Y de ahí que el profeta diga: "Hay ante Dios setenta velos de luz; si los descubriera, la luz de su rostro quemaría todo lo que llegara a su presencia."
— Sabed que este mundo es una etapa de nuestra vida por la eternidad. Para los que van por el buen camino, es el camino de la religión. Es un mercado abierto en el desierto, donde aquellos que están viajando en su camino a Dios, pueden recoger y preparar provisiones para su viaje, y partir de allí a Dios, sin tristeza ni desaliento.
— El mundo es engañoso, encantador y traicionero.
— El mundo será traído a la gran asamblea en el último día, en la forma de una mujer de ojos lívidos, labios colgantes y aspecto deforme, y toda la gente la mirará y exclamará: "¿Qué persona deforme y horrible es ésa, cuyo aspecto por sí solo es una severa tortura para el alma?". Y se les responderá: "Por ella os envidiabais y os odiabais, y estabais dispuestos a mataros unos a otros. Por causa de ella os rebelasteis contra Dios y os envilecisteis hasta todo tipo de corrupción." Y entonces Dios ordenará que sea conducida al infierno con sus seguidores y sus amantes. (Comp. la concepción medieval "Señora Mundo").
El Señor Jesús (¡sobre quien sea la paz!) declara que el mundo es como el hombre que bebe agua de mar. Cuanto más bebe, más aumenta su calor interno y, a menos que deje de hacerlo, se destruirá a sí mismo bebiendo.
— Sabed, amados, que no podemos entender el mundo futuro, hasta que sepamos lo que es la muerte: y no podemos saber lo que es la muerte, hasta que sepamos lo que es la vida: ni podemos entender lo que es la vida, hasta que sepamos lo que es el espíritu.
— La siguiente es una ilustración de la duración de la eternidad, hasta donde la mente humana puede comprenderla. Si el espacio entre el cielo empíreo y las regiones bajo la tierra, abarcando todo el universo, estuviera lleno de granos de mostaza, y si un cuervo los utilizara como alimento y viniera una sola vez cada mil años y se llevara un solo grano, de modo que con el paso del tiempo no quedara ni un solo grano, al final de ese tiempo ni la cantidad de un grano de mostaza habría disminuido de la duración de la eternidad.
— Las oraciones son de tres grados, de los cuales los primeros son los que simplemente se pronuncian con los labios. Las oraciones son del segundo tipo, cuando con dificultad, y sólo por un esfuerzo muy decidido, el alma es capaz de fijar sus pensamientos en las cosas divinas sin ser perturbado por imaginaciones malignas; del tercer tipo, cuando uno encuentra difícil apartar la mente de detenerse en las cosas divinas. Pero es la médula misma de la oración, cuando Aquel que es invocado toma posesión del alma del suplicante, y el alma de aquel que ora es absorbida en Dios a quien ora, y su oración cesa, toda conciencia de sí mismo ha desaparecido, y a tal grado, que todo pensamiento del orante se siente como un velo entre el alma y Dios. Este estado es llamado por los Místicos "absorción", por la razón de que el hombre está tan absorto, que no tiene ningún pensamiento de su cuerpo, o de cualquier cosa que suceda externamente, nada de lo que ocurre en su propia alma, sino que, ausente como si fuera de toda materia, se dedica primero a ir hacia su Señor, y finalmente está totalmente en su Señor. Si sólo ocurre el pensamiento de que está absorbido en el Absoluto, es una mancha: porque esa absorción sólo es digna del nombre que es inconsciente de sí misma. Y estas palabras mías, aunque serán calificadas, como bien sé, de tontos balbuceos por los teólogos brutos, no carecen, sin embargo, de significado. Pues considera que la condición de la que hablo se asemeja a la de una persona que ama cualquier otro objeto, como la riqueza, el honor o el placer. Vemos a tales personas tan arrebatadas por su amor, y otras por la ira, que no oyen a nadie que les hable, ni ven a los que pasan ante sus ojos; es más, tan absortas están en su pasión, que no perciben su absorción. En la medida en que diriges tu mente hacia tu absorción, necesariamente la alejas de aquello que es objeto de ella."
Otra vez dice: "El comienzo de esto es el ir a Dios, luego sigue el encontrarlo, cuando tiene lugar la "absorción". Esto es, al principio, momentáneo, como el relámpago que brilla rápidamente sobre el ojo. Pero después, confirmada por el uso, introduce el alma en un mundo superior, donde la esencia más pura y esencial que la encuentra, llena el alma con la imagen del mundo espiritual, mientras la majestad de la deidad evoluciona y se descubre a sí misma."
Omar Khayyam (Ghias uddin Abul Fath Omar ibn Ibrahim Al Khayyam) nació en Jorasán "foco de la cultura persa" y se supone que murió en 1123 d. C..
No estaba afiliado a ninguna orden sufí, pero gran parte de sus obras están llenas de verdadera filosofía sufí y son reconocidas como tales.
La primera parte de las siguientes citas está tomada de la traducción de E. H. Whinfield en la Serie Oriental de Trubner. La segunda parte está extraída de la ed. de B. Quarritch. 1879.
(66) - alcanzar la inconsciencia de uno mismo
es la única causa por la que me bebo el vino.—
(108) Predican lo dulces que serán esas novias Houri,Pero yo digo que el vino es más dulce, ¡pruébalo y verás!—
(120) Diez potencias, y nueve esferas, ocho cielos hizo Él, Y siete planetas, de seis lados, como vemos, Cinco sentidos, y cuatro elementos, tres almas, Dos mundos, pero sólo uno, Oh hombre, como tú.—
(124) ¿Qué señor es apto para gobernar sino la "Verdad"? ni uno. ¿Qué seres desobedecen Su regla? ni uno.—
(131) Tu ser es el ser de Otro, Tu pasión es la pasión de Otro. Tápate la cabeza y piensa, y entonces verás, Tu mano no es más que la envoltura de Otro.—
(148) Alá ha prometido vino en el Paraíso, ¿Por qué, entonces, el vino en la tierra debe ser considerado un vicio? —
(225) Cuando el alma hermosa desocupa esta mansión, Cada elemento asume su estado principal,—
(266) Se van, y no se ve volver a ninguno, Para enseñar el aprendizaje recóndito de ese mundo aceitoso: 'No se mostrará para oraciones mecánicas aburridas, Porque la oración no es nada sin el verdadero anhelo del corazón. —
(285) La fuente de la vida es el vino, Khizer (Khizer, el "anciano verde" es el guardián de " la fuente de la vida " y el tipo del poder auto sustentador de la Deidad.) su guardián Yo, como Elias, (Corán II. 216, Elias descubrió el agua de la vida.) lo encuentro donde puedo; 'Es sustento para el corazón y el espíritu también,
Alá mismo llama al vino "una bendición para el hombre".—
(NdT: Khizer (Al-Khidr) llamaddo tambien "El Verde")
(340) El hombre es el resumen de toda la creación, la preciosa manzana, los ojos de la gran sabiduría; el círculo de la existencia es un anillo, cuyo sello es la humanidad.—
(351) Cuanto más me muero a mí mismo, más vivo, Cuanto más me abato, más me elevo; Y, ¡extraño! cuanto más bebo del vino del Ser, más cuerdo me vuelvo, ¡y más sobrio que antes!—
(369) Este mundo es un cuerpo, y Dios su alma, Y los ángeles son sus sentidos, que controlan Sus miembros - las criaturas, los elementos y las esferas; El Uno es la única base del todo.—
(376) Algunos buscan la verdad en credos, y formas, y reglas; Algunos buscan a tientas dudas o dogmas en las escuelas; Pero desde detrás del velo una voz proclama: "Vuestro camino no está ni aquí ni allí, oh insensatos."—
(400) La vida y la fuerza de mi cuerpo proceden de Ti. Mi alma y mi espíritu son tuyos. Mi ser es de Ti, y Tú eres mío, y yo soy Tuyo, ya que ¡estoy perdido en Ti!—
(31) Subí desde el centro de la Tierra por la séptima puerta y me senté en el trono de Saturno (Saturno es el señor del séptimo cielo), y muchos nudos se deshicieron en el camino, pero no el nudo maestro del destino humano. —
(32) Allí estaba la Puerta para la que no encontré Llave; Allí estaba el Velo a través del cual no podía ver: Se habló un poco de Ti y de Mí - y luego no más de Ti y de Mí. (No más existencia individual.) —
(33) La Tierra no pudo responder; ni los Mares que lloran En púrpura desbordante, de su Señor desamparado; Ni el Cielo ondulante, con todos sus Signos revelados Y ocultos por la envoltura de la Noche y la Mañana.
(34) Entonces del Tú en Mí que trabaja detrás del Velo, levanté mis manos para encontrar Una Lámpara en medio de la Oscuridad; y oí, Como desde Fuera - "¡El Yo dentro de Ti es Ciego!" –
(35) Entonces me incliné hacia el labio de esta pobre urna, para aprender el secreto de mi vida: Y labio a labio murmuró "¡Mientras vivas, bebe! - porque una vez muerto, nunca volverás". -
(36) Creo que el Recipiente, que con fugitiva Articulación respondió, una vez vivió, Y bebió; y ¡Ah! el labio pasivo besé.
¡Cuántos besos podría recibir y dar! - (Se cuenta lo siguiente, atribuido a Attar: Un viajero sediento sumerge la mano en un manantial de agua para beber. Otro se acerca también a beber y deja su cántaro de tierra detrás de él. El primer viajero la coge para beber otro trago y se sorprende al encontrar que la misma agua es amarga cuando la bebe de la taza de barro. Pero una voz del cielo le dice que la arcilla de la que está hecha la taza fue una vez Hombre; y, cualquiera que sea la forma en que se renueve, nunca puede perder el sabor amargo de la mortalidad).
(44) Por qué, si el Alma puede arrojar el polvo a un lado. Y cabalgar desnuda en el Aire del Cielo. ¿No fue una vergüenza - no fue una vergüenza para él habitar en esta envoltura de arcilla lisiada?
(50-52) Tal vez un cabello separe lo falso de lo verdadero; sí, y un solo alif fuera la pista -si la encontraras- de la casa del tesoro. Y quizas tambien al Maestro. Cuya secreta presencia...* * * * elude tus dolores; Tomando todas las formas; y cambian y perecen todos - pero Él permanece. Un momento adivinado - luego de vuelta detrás del Velo, Inmerso en la oscuridad * * *
(55-56) Sabéis, amigos míos, * * * que contraje segundas nupcias en mi casa; divorcié de mi lecho a la vieja y estéril Razón, y tomé por esposa a la Hija de la Viña. Porque "es" y "no es", aunque con regla y línea, y "arriba y abajo" por lógica defino, de todo lo que a uno le importaría profundizar, nunca fui profundo en otra cosa que - Vino.
(66-67) Envié mi Alma a través de lo Invisible, Alguna carta de ese Más Allá a deletrear: Y mi alma volvió a mí, y me respondió: "Yo mismo soy el Cielo y el Infierno"; el Cielo no es más que la Visión del Deseo cumplido y el Infierno la sombra de un Alma en llamas proyectada sobre la Oscuridad de la que Nosotros mismos, tan tarde emergemos, tan pronto expiramos. * * * ¡El Banquete ha terminado!
Hombre, lo que eres está oculto de ti mismo. ¿No sabes que la mañana, el mediodía y la noche están todos dentro de Ti? El noveno cielo eres Tú, y de la esfera en el rugido del tiempo caíste antes, Tú eres el pincel que pintó los matices de todo el mundo - la luz de la vida que extendió su gloria en la nada.
¡Alegría! ¡Alegría! Ahora triunfo; ya no me conozco simplemente como yo. Ardo de amor.
El centro está dentro de mí, y su maravilla se extiende como un círculo a mi alrededor.
¡Alegría! ¡Alegría! Ningún pensamiento mortal puede comprenderme. Soy el mercader y la perla a la vez. El tiempo y el espacio yacen agazapados a mis pies. ¡Alegría! Alegría. Cuando me deleito en un rapto (éxtasis mistico), me sumerjo en mí mismo, y todas las cosas lo saben.
Saadi (Shaikh-Muslah-ud-Din Saadi) nació en Shiraz, la capital de Persia. 1176 D.C.
Así caracteriza su vida y sus estudios: "He vagado por diversas regiones del mundo, y en todas partes me he mezclado libremente con los habitantes; he recogido algo en cada rincón; he espigado una espiga de cada cosecha". Sus compatriotas consideran que el diván de Saadi es la verdadera mina de sal de los poetas. Jami lo llama "el ruiseñor de las arboledas de Shiraz".
Nosotros lo llamaríamos el filósofo moral del sufismo. Sus escritos no contienen mucha metafísica.
— El mundo, oh hermano mío, no se queda con nadie.
— Pregúntale a los habitantes del Infierno, te dirán que es el Paraíso.
— Los hijos de Adán son miembros el uno del otro, porque en su creación están formados de una sola sustancia.
Cuando la Fortuna aflige a un solo miembro, ninguno de los demás permanece sin ser perturbado.
— Sabed que de Dios es la diferencia entre el enemigo y el amigo, porque los corazones de ambos son iguales en Su custodia.
— Mientras puedas, no aplastes ni un solo corazón, porque un suspiro tiene poder para trastornar un mundo.
— No se puede decir una palabra, ni siquiera en un juego de niños, de la que una persona inteligente no pueda obtener instrucción; Pero si cien capítulos de sabiduría fueran leídos a oídos de un necio, a sus oídos no sonaría más que como un juego de niños.
— Anoche, hacia la mañana, un gorjeo de pájaro me robó la razón, la paciencia, la fuerza y el entendimiento. Mis exclamaciones, por casualidad, llegaron a oídos de un amigo muy íntimo. "Nunca", dijo, "podría creer que la voz de un pájaro tuviera tal poder para perturbar tu intelecto". "No es apropiado para la condición del hombre", respondí, "que un pájaro esté recitando su himno de alabanza, y que yo esté en silencio".
— Un día el Profeta le dijo a Abu Huraizah: "No vengas todos los días, para que nuestra amistad aumente".
Un hombre santo ha dicho: "Con toda la belleza que acompaña al sol, nunca he oído que alguien lo haya tomado por amigo, excepto en invierno, cuando está velado, y por lo tanto es amado.
— El tesoro elegido por Lokman fue la paciencia: sin paciencia no existe la sabiduría.
— Si cada noche fuera una noche de poder, la Noche del Poder perdería su valor. Si cada guijarro fuera un rubí, el rubí y el guijarro tendrían el mismo valor.
[Corán, cap, xcvii: Ciertamente, hicimos descender el Corán en la noche de al Kadr. — Allí descienden los ángeles, y también el espíritu de Gabriel, con el permiso de su Señor con sus decretos sobre todos los asuntos. Es paz hasta la mañana. Comp. nota a pie de página de la traducción de Lane del Corán y nuestra Parte II: Símbolos].
— ¿Cómo puede la multitud encontrar el camino a sus aposentos secretos, ya que, como las aguas de la vida, están escondidas en las tinieblas?
Se encienden a sí mismos la llama que, como una polilla, los consume; no envolviéndose como el gusano de seda en su propia red.
Buscando el reposo del Alma en el seno que sólo puede dar reposo, sus labios están todavía secos de sed en la misma orilla de la corriente:
No es que no tengan poder para beber el agua, sino que su sed no podría ser saciada, ni siquiera a orillas del Nilo.
—"El pájaro de la mañana sólo conoce el valor del libro de la rosa; porque no todo el que lee la página entiende el significado".
(Hafiz.)
(NdT:Boostan, Bostan o Bustan, es un libro del poeta persa Saadi)
Todos son incapaces de leer el verdadero estado de su naturaleza. La extensión de Su gloria, ningún mortal la ha encontrado; Su exquisita belleza, ninguna visión puede atar. * A la falda de Su alabanza no se acerca la mano de la Razón. * La mente no puede abarcar este mundo mediante la reflexión.
—————
Pero el Señor del cielo y la piel surcada de la tierra. A nadie se le cierra la puerta de la subsistencia por el pecado. Como una gota en el océano del conocimiento son visatos sus mundos como sus defectos, Yo los veo, amablemente, Él los proyecta.
* * * * * *
El Creador es misericordioso y bondadoso, Pues ayuda a todas Sus criaturas y conoce todas las mentes. En Él, autosuficiencia y grandeza ves, Porque Su reino es antiguo y Su naturaleza es libre. —
* * * * * *
Tarda en apoderarse de los que se rebelan, y no excusa a los que repelen bruscamente.
* * * * * *
Cuando te hayas vuelto arrepentido "Ya pasó", Él escribirá.
* * * * * *
Ningún mortal puede adivinar el alcance de las misericordias de Dios; ¿qué lengua puede expresar la necesidad de sus alabanzas?
—————
¿Quién conoce esa comunión con Dios que no compartes cuando, sin una absolución, te levantas para decir oración?
* * * * * *
Ese oración es la llave al portal del infierno, Sobre el que en presencia de los hombres habitas durante mucho tiempo. Si tu camino no conduce al Creador, ¡Tu alfombra para rezar será arrojada al infierno! Ordenó, y algo de la nada surgió; ¿Quién sino Él podría revelar algo de la nada? De nuevo al escondite de la nada nos arroja. —
—————
Y de allí a la llanura del juicio Él nos lleva. Que se dispersen las vestiduras del engaño, del nombre y de la fama. Pues el hombre se debilita si en vestiduras se sumerge. El amor mundano es un velo por el cual nada se gana; Cuando se rompen los apegos se obtiene al Señor.
* * * * * *
Sabed, que el pueblo en éxtasis ahogado, ¡En los ojos del Señor especial favor ha hallado! ¿Él observa al "amigo", en la feroz columna ardiente?
* * * * * *
No tienes camino en ti mismo mientras estes casado contigo; Sólo los embelesados están informados en este tema. - Alguien dijo a una polilla "¡Oh, despreciable ácaro! Ve, ama a quien corresponda a tu afecto.
* * * * * *
¡Entre tú y la vela no puede haber amistad!
* * * * * *
Nadie te dice que tu conducta es perfectamente correcta ¡Al destruir tu vida por amor a la luz! Observa lo que la polilla, llena de ardiente angustia, dijo: "Si me quemo, ¡oh asombro! ¿Cuál es el temor?
* * * * * *
* * ¡La llama es una hermosa rosa!
* * * * * *
¿No darás impotente, un día, tu vida? Por el bien del espacio y la muerte, mejor dala hoy
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No es probable que una bestia salvaje se convierta en hombre; la instrucción está perdida en ella, esfuérzate como puedas.
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El esfuerzo no hace crecer una rosa de un sauce; Un baño caliente no blanqueará el negro como la nieve. Ya que nada puede desafiar, la flecha del destino. La resignación es el escudo que le queda al siervo de Dios.
BOSTÁN DE SA’ADI (JARDÍN DE FRUTAS O JARDÍN DEL PLACER) Continuación:
CONVERSACIÓN ENTRE LA VELA Y LA POLILLA:
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La traducción anterior es de la mano de G. S. Davie, pero como esta historia es representativa del amor sufí, añado otra hecha por S. Robinson.
Recuerdo que una noche, cuando no podía cerrar los ojos al dormir, oí a la polilla decir a la vela.
"Soy un amante, por lo tanto es justo que me queme, pero ¿por qué te lamentas y derramas lágrimas?".
Respondió: "Oh, mi pobre amigo, mi dulce Shirin se marcha.
"Y desde que mi Shirin me ha dejado, como la de Ferhad (Ver nota anterior.) mi cabeza está toda en llamas."
Así hablaba el pábilo, y a cada momento un torrente de dolor fluía por su pálida mejilla.
Luego continuó: "Oh pretendiente, el amor no es asunto tuyo: porque no tienes paciencia ni persistencia.
"Tú huyes ante una leve llama; yo me mantengo firme hasta consumirme por completo.
"Puede que sólo chamusques un ala al fuego del amor; mírame a mí, que ardo de pies a cabeza".
No había transcurrido aún una parte de la noche, cuando de pronto una damisela con cara de Peri apagó la luz.
(NdT: Peri en la mitología persa son divinidades androginas, llenas de misericordia, en otras tradiciones son seres traviesos a los cuales se les ha negado la entrada al paraiso hasta que cumplan con sus penitencias. En la literatura persa la palabra peri se usa para designar también a una mujer hermosa e ilustre.)
Entonces dijo el candil: "Mi aliento se ha ido, el humo está sobre mi cabeza; ¡así, hijo mío, es el fin del amor!".
Si quieres aprender la moraleja de la historia, es ésta: Sólo cesarán los dolores del afecto ardiente, cuando se extinga la vela de la vida.
No llores por este monumento de tu amigo fallecido, sino alaba a Alá, porque Él lo acepta.
Si eres, en verdad, un amante, no laves los dolores del amor de tu cabeza; lava más bien, como Saadi, tu mano de toda malevolencia.
El hombre que se ofrece voluntario para un servicio peligroso no se apartará de su propósito, aunque lluevan piedras y flechas sobre su cabeza.
Te he dicho: "Ten cuidado de cómo vas al mar; pero si quieres ir, resígnate a sus olas."
Jelaluddin Rumi (Mevlana - Nuestro Señor - Jelalu-'d-din, Muhammed, Er Rumi de Qonya) normalmente llamado Jelal o Mulla (Mulla es la forma persa del árabe Maulawi, "un hombre culto", "un erudito"). Nació en 1195 y murió en 1273.
Jelal es el poeta más grande entre los sufíes y es su Gran Maestro de conocimiento espiritual. Su nombre significa "Majestad de la Fe". Él instituyó la orden de los Mevlevi, los "derviches danzantes o giratorios", de los que hablaremos más adelante. Esta orden es una realización de la profecía del padre de Jelal sobre su hijo: "Llegará el día en que este niño encenderá el fuego del entusiasmo divino en todo el mundo".
Jelal es verdaderamente el más grande de los santos sufíes, pues sus poderes eran maravillosos. En el Menaqibu'l Afifin (los Archivos de los Adeptos) de Shemsu-'d-din Ahmed, el Eflaki se registran los siguientes actos contra su nombre. "Cuando tenía cinco años, solía volverse a veces extremadamente inquieto e intranquilo, tanto que sus asistentes solían llevárselo entre ellos. La causa de estas perturbaciones era que formas y figuras espirituales del mundo ausente (invisible) surgían ante su vista, es decir, mensajeros angélicos, Genios justos y hombres santos -los ocultos de las reverencias del Uno Verdadero (esposos espirituales de Dios), solían aparecérsele en formas corporales: * * * Su padre solía en estas ocasiones engatusarlo y tranquilizarlo diciéndole: "Estas son las Existencias Ocultas. Vienen a presentarse ante ti para ofrecerte dones y regalos del mundo invisible". Estos éxtasis y transportes suyos empezaron a ser públicamente conocidos y comentados. El título honorífico de Khudavendgar (Khudawand es una palabra persa que significa "señor", "príncipe", "maestro". Un profesor: un hombre con autoridad. Se utiliza como un título de la Deidad y por los misioneros cristianos en la India se emplea generalmente como una traducción del griego Kyrios, "Señor." (Hughes Dic.)) le fue conferido en esta época por su padre, que solía dirigirse a él como "Mi Señor". - "Se cuenta que cuando Jelal tenía seis años, un viernes por la tarde estaba tomando el aire en la azotea de la casa, y recitando el Corán, cuando algunos otros niños de buenas familias entraron y se unieron a él allí. Al cabo de un rato, uno de estos niños propuso que intentaran saltar desde allí a una terraza vecina, y que apostaran por el resultado. Jelal sonrió ante esta propuesta infantil y comentó: "Hermanos míos, saltar de terraza en terraza es un acto muy apropiado para los gatos, los perros y otros animales semejantes; pero ¿no es degradante para el hombre, cuya posición es tan superior? Venid ahora, si os parece, saltemos al firmamento y visitemos las regiones del reino de Dios". Mientras hablaba, desapareció de su vista. Asustados por la repentina desaparición de Jelal, los otros niños lanzaron un grito de consternación, esperando que alguien viniera en su ayuda, cuando he aquí que, en un instante, él estaba de nuevo en medio de ellos; pero con una expresión alterada en el semblante y las mejillas pálidas. Todos se descubrieron ante él, se postraron en tierra con humildad y se declararon sus discípulos. Ahora les dijo que, mientras aún les hablaba, una compañía de formas visibles, vestidas con ropas verdes, le habían alejado de ellos, y le habían conducido alrededor de los diversos orbes concéntricos de las esferas, y a través de los signos del Zodíaco, mostrándole las maravillas del mundo de los espíritus, y trayéndole de vuelta a ellos tan pronto como sus gritos habían llegado a sus oídos.
A esa edad, no solía romper el ayuno más que una vez cada tres o cuatro, y a veces incluso siete, días.
Cuando Jelal fue a Damasco a estudiar, pasó por Sis, en la Alta Cilicia. Allí, en una cueva, habitaban cuarenta monjes cristianos, que tenían una gran reputación de santidad, pero que en realidad eran meros malabaristas. Cuando la caravana de Jelal se acercó a la cueva, los monjes hicieron que un niño ascendiera por los aires y permaneciera de pie entre el cielo y la tierra. Jelal se percató de esta exhibición y cayó en un ensueño. En ese momento, el niño empezó a llorar y a lamentarse, diciendo que el hombre del ensueño le estaba asustando. Los monjes le dijeron que no tuviera miedo y que bajara. "¡Oh!", gritó el niño, "estoy como clavado aquí, sin poder mover ni pies ni manos". Los monjes se alarmaron. Se agolparon alrededor de Jelal y le rogaron que liberara al niño. Al cabo de un rato, pareció oírlos y comprenderlos. Su respuesta fue: "Sólo a través de la aceptación del Islam (Islam significa la renuncia o dedicación de uno mismo por completo a Dios, y a su servicio.) por vosotros mismos, todos vosotros, así como por el niño, puede ser salvado". Al final todos abrazaron el Islam y quisieron seguir a Jelal como discípulos suyos, pero él les recomendó que permanecieran en su cueva, como antes, que dejaran de practicar los malabares (prestigiditaciones) y que sirvieran a Dios en el espíritu y en la verdad. Y prosiguió su viaje.
Para demostrar que el hombre vive sólo por la voluntad de Dios, y no por la sangre, Jelal se hizo abrir un día, en presencia de una multitud de médicos y filósofos, las venas de ambos brazos y dejó que sangraran hasta que dejaron de fluir. Entonces ordenó que le hicieran incisiones en varias partes del cuerpo; pero no se obtuvo ni una gota de humedad en ninguna parte. Se dirigió entonces a un baño caliente, se lavó, hizo una ablución y luego comenzó el ejercicio de la danza sagrada.
NOTAS SOBRE JELALUDDIN RUMI (NdT: Yalāl ad-Dīn Muhammad Rūmī)- Continuación:
- El espacio nos impide detenernos más en los milagros de este hombre maravilloso de quien Shems Tebreez afirmó una vez, en el Colegio de Jelal, que "cualquiera que deseara volver a ver a los profetas, sólo tenía que mirar a Jelal, que poseía todas sus cualidades; más especialmente de aquellos a quienes se hicieron revelaciones, ya fuera por comunicaciones angelicales, o ya fuera en visiones; la principal de tales cualidades era la serenidad de mente con una perfecta confianza interior y la conciencia de ser uno de los elegidos de Dios. Ve y mira a Jelal, si quieres comprender el significado de ese dicho 'los sabios son los herederos de los profetas' junto con algo más allá de eso, que no especificaré aquí".
Debemos añadir algunos pasajes de las conferencias de Jelal, etc. Estas fueron sus últimas Instrucciones, "el mejor de la humanidad es aquel que beneficia a los hombres" y, "el mejor de los discursos es aquel que es corto y al propósito." Una vez, en un funeral, Jelal habló así: "Los recitadores ordinarios, con sus servicios, dan testimonio de que el difunto vivió como musulmán. Mis cantores, sin embargo, atestiguan que era musulmán, creyente y amante de Dios." Y añadió: "Además, cuando el espíritu humano, tras años de encarcelamiento en la jaula y la mazmorra del cuerpo, se libera por fin y emprende el vuelo hacia la fuente de la que procede, ¿no es una ocasión para alegrarse, dar las gracias y bailar? El alma en éxtasis se eleva a la presencia del Eterno, y anima a otros a dar pruebas de valor y sacrificio. Si un prisionero es liberado de una mazmorra y revestido de honor, ¿quién dudaría de que los regocijos son apropiados? Así también, la muerte de un santo es un caso exactamente paralelo". Una vez, cuando le pidieron que diera una conferencia a hombres de ciencia, respondió: "Un árbol cargado de frutos, tenía sus ramas inclinadas hacia la tierra. En aquel momento, las dudas y las murmuraciones impidieron a los jardineros recoger y disfrutar de los frutos. Ahora el árbol ha levantado la cabeza hacia el cielo, y más allá. ¿Pueden esperar, entonces, arrancar y comer de su fruto?". -
La principal obra de Jelal, y el libro de referencia del sufismo, es el Mesnevi (Mathnawi), normalmente conocido como el Mesneviyi Sherif, o Mesnevi Sagrado. Es verdaderamente uno de los libros más famosos de Oriente, estudiado y comentado allí donde la religión dogmática ha sido abandonada por la verdad esotérica.
Del prefacio citamos lo siguiente:
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1. Corán xxiv, 35. 2. ibid, lxxvi, 18. 3. Los mevlevi o devotos danzantes. 4. Corán xix, 74.
5. ibid, xxv, 26. 6. ibid, ii 24.
"Es un consuelo para el pecho del hombre, un expulsor de preocupaciones. Es una exposición del Corán, una ampliación de los alimentos espirituales y un dulcificador de la disposición; escrito "por las manos de honorables escribas" (7) que inscribieron en él la prohibición: "Que nadie lo toque salvo los purificados". (8) Es (una revelación) "enviada (desde lo alto) por el Señor de (todos) los mundos", (9) a la que la vanidad no se acerca ni por delante ni por detrás, (10) que Dios vigila y observa, siendo él "el mejor de los Conservadores", (11) y "El Más Compasivo de los misericordiosos" (12) a quien corresponden (muchos) títulos, siendo su título máximo Dios, cuyo nombre sea exaltado".
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7. ibid, lxxx, 15. 8. ibid, lvi, 78. 9. ibid, lvi, 79. 10. ibid, xli, 42. 11. ibid, xii, 64. 12. ibid, vii, 150.
Más adelante dice: "Me he esforzado por ampliar este libro de poesía en coplas rimadas, que contiene narraciones extrañas y raras, dichos hermosos e indicaciones recónditas, un camino para los devotos y un jardín para los piadosos, breve en sus expresiones, numeroso en sus aplicaciones." -
Se dice que el Mesnevi contiene veintiséis mil seiscientas sesenta coplas y gran parte de ellas deberían citarse aquí, pero el espacio lo impide. Ofrecemos algunas selecciones totalmente al azar.
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"¡Alá, Alá!" (13) gritó el enfermo, atormentado por el dolor toda la larga noche; Hasta que con la oración su corazón se enterneció, hasta que sus labios se hicieron miel. Pero por la mañana llegó el Tentador; dijo "¡Llama más fuerte, hijo del Dolor! A ver si Alá vuelve a oír o a responder 'Aquí estoy'". Como una losa, la cruel cavilación atravesó su cerebro y sus pulsos; A su corazón una frialdad helada, a su cerebro una oscuridad envió. Entonces ante él está Elia: dice. 'Hijo mío, ¿por qué tan consternado? ¿Te arrepientes de tu antiguo fervor? ¿Tiene miedo tu alma de orar?" "¡Ah!", exclamó, "he llamado tantas veces; nunca oí el 'Heme aquí;' Y pensé: Dios no se apiadará; no volverá sobre mí su mirada". Entonces el grave Elías respondió: "Dios dijo: 'Levántate, Elías, ve Habla con él, el muy tentado; sácale de su abismo de aflicción. Dile que su propio anhelo es en sí mismo un grito de respuesta; Que su oración, 'Ven, Alá misericordioso' es mi respuesta 'Aquí estoy'".
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13. Trad. libre de J. Freeman Clark.
La doctrina sobre la que Jelal fue más enfático fue la extinción del Ser, y sus enseñanzas son bastante características para él, aunque la doctrina general es común entre los sufíes. Defiende la simplicidad. Nos cuenta una historia sobre una disputa entre chinos y griegos ante el Sultán, sobre quién es la más hábil de las dos naciones, en el arte de la decoración. Los chinos piden y obtienen miles de colores y trabajan duro, mientras que los griegos no piden ningún color; sólo pulen su frente,
"Borrando cada matiz con sumo cuidado,"
y cuando el Sultán vino a examinar el mérito relativo de la magnificencia china y la simplicidad griega,
"Un rayo de sol se desliza a través de las nubes...Y he aquí que los colores de la casa del arco iris Brillan, todos reflejados en esas paredes vidriosas Que los enfrentan, rivalizando: El sol ha pintado Con una mezcla más hermosa, en ese espejo de piedra Los colores esparcidos por el hombre tan ingeniosamente. - Conócelos.
¡Oh, qamigo! Así de griegos son los sufíes, teniendo una única y simple tarea, hacer Sus corazones un espejo inoxidable para su Dios.
(Continuara.)
Los expositores y predicadores prácticos del sufismo son los derviches, los monjes del Islam.
Debe haber quedado claro para nuestros lectores que los dulces y pacíficos sentimientos del pareado de Katebi, colocado como lema sobre nuestra primera parte, son las expresiones de al menos una faceta de la vida interior del sufismo. Pero, si escuchamos más de cerca, oiremos la nota quejumbrosa del ruiseñor más distintamente y percibiremos más fácilmente la oscuridad del ciprés; ambos, como el alma del hombre, lamentan melancólicamente nuestra desunión con la Deidad. Esa, también, es otra faceta del sufismo, que ahora ha sido ilustrada, y hemos dado suficientes citas para mostrar que el objetivo más alto del sufí es alcanzar la autoaniquilación perdiendo su humanidad en la Deidad.
Hasta ahora las enseñanzas directas tal como están en la superficie de nuestras citas. Las grandes corrientes subterráneas son las relaciones del Yo Universal y el Yo Individual. La expresión "Yo" no ha sido utilizada, sino "Dios" y "Alma" debido a la peculiaridad de las formas exotéricas de la teología musulmana actual, que los Doctores Sufíes se encuentran obligados a observar.
Todavía debemos citar a los poetas sufíes Hafiz, Jami, Nizami, Attar y otros, pero como sus enseñanzas están veladas bajo símbolos, naturalmente encuentran su lugar en esta nuestra segunda parte, y serán tratadas en su totalidad hacia el final. Comenzaremos con las características más extáticas del sufismo práctico, con los derviches, los santos musulmanes, y así desarrollaremos las formas subjetivas del sufismo. Llegaremos a apreciar el uso de un servicio ritualista y prácticas ascéticas, cuando veamos estos enmarcados en estrecha armonía con las leyes de la Naturaleza y conducentes a la Unión con el Yo.
Donde utilizamos la frase Lo Personal, nuestros lectores entenderán que es el equivalente subjetivo del objetivo "Yo". —
Un estudio histórico del surgimiento del sufismo a partir del ascetismo original, nos brindará una excelente visión de la evolución del propio sufismo, así como de todas las demás formas de misticismo. Por lo tanto, debemos dedicarle algún espacio.
Sin duda alguna debe mantenerse que el ascetismo y la vida monástica son completamente inconsistentes con el islamismo, y de hecho Mahoma mismo estaba lejos de cualquier cosa similar, y constantemente predicó en contra de ello, abogando por una vida activa y una religión agresiva.
Pero ni Mahoma ni sus seguidores pudieron frenar la marea de influencias ascéticas del Este, del budismo; ni del Oeste, del cristianismo. Estos dos sistemas religiosos habían existido durante siglos y ambos se caracterizaban por instituciones monásticas y espíritu misionero. Pero, mucho más profundo que estas influencias individuales yace el poder de un nuevo ciclo histórico que comenzó aproximadamente un siglo después de Mahoma, justo en el momento en que encontramos el mayor número de santos islámicos, con un marcado carácter monástico. La era se caracteriza por una nueva civilización en Occidente y una consolidación de las conquistas orientales. El poder musulmán rodea a la cristiandad y amenaza con destruir tanto la Iglesia como el cristianismo. En el propio Oriente, un terror de la existencia se apoderó de las mentes de los hombres y ha dejado las más fuertes impresiones en los escritos de hombres como Ata Salami y Hasan, etc.
Incluso en la vida de Mahoma se hizo un intento de injertar los elementos de la vida contemplativa en su doctrina. Los hechos son bien conocidos. Una noche, después de unas declamaciones más vigorosas de lo habitual por parte del profeta — había tomado como tema las llamas y torturas del infierno — varios de sus más fervorosos compañeros, entre quienes se destacan los nombres de Omar, Ali, Abou-Dharr y Abou-Horeirah, se retiraron para pasar la noche juntos en una vivienda vecina. Allí cayeron en profundos discursos sobre los terrores de la justicia divina y los medios para aplacar o prevenir su curso. La conclusión a la que llegaron no fue nada antinatural. Estuvieron de acuerdo en que para este fin, el camino más seguro era abandonar a sus esposas, pasar sus vidas en ayuno continuo y abstinencia, vestir con cilicio y practicar otras austeridades similares: en una palabra, se trazaron para sí mismos una línea de conducta verdaderamente ascética, y que conduciría a cualquier cosa que pueda seguir en tal curso. Pero primero deseaban asegurar la aprobación de Mahoma. En consecuencia, al amanecer, se presentaron ante él para informarle de la resolución de la noche, así como de sus motivos y propósitos; pero no habían contado con su anfitrión. El profeta rechazó su proposición con una severa reprimenda y declaró que el matrimonio y la guerra eran mucho más agradables a la Divinidad que cualquier austeridad de vida o mortificación de los sentidos, y el conocido pasaje del Corán: "Oh verdaderos creyentes, no os abstengáis de las cosas buenas de la tierra que Dios os permite disfrutar", revelado en esta misma ocasión, sigue siendo un monumento duradero del disgusto de Mahoma ante este brote prematuro de sentimiento ascético. Esta lección y muchas otras de carácter similar, por el momento, frenaron cualquier y toda apariencia de formas declaradas de ascetismo, pero no pudieron evitar el triunfo final de las partes más verdaderas y mejores de la naturaleza humana. "El destino" quiso que dentro de su propia familia, yacen ocultos los gérmenes, destinados en edades posteriores, hasta el día de hoy, y probablemente mientras el Islam exista, a ejercer la más poderosa influencia en el mundo musulmán.
Ali, primo de Mahoma, y el hijo de Ali, Hasan, su nieto Zein el Abidin, y después de ellos Djaufar es Sadik, Mousa el Kadhim, Ali er Ridha, y otros de su raza, fueron miembros de una familia que se convirtió en la columna vertebral del ascetismo. Fueron sucesivamente considerados por ascetas individuales como los guías e instructores en palabra y obra de la abnegación y la renuncia.
En el Menaqibu l Arafin (los Actos de los Adeptos) se relata que el Profeta un día recitó a Ali en privado los secretos y misterios de los "Hermanos de la Sinceridad" ordenándole que no los divulgara a ninguno de los no iniciados, para que no fueran traicionados; también, que obedeciera la regla de la sumisión implícita. Durante cuarenta días, Ali guardó el secreto en su propio pecho, y lo soportó hasta que se sintió enfermo de corazón. Como su carga le oprimía y ya no podía respirar libremente, huyó al desierto abierto, y allí encontró un pozo. Se inclinó, metió la cabeza tan profundo en el pozo como pudo; y luego, uno por uno, confió esos misterios a las entrañas de la tierra. Por el exceso de su excitación, su boca se llenó de espuma y babas. Allí escupió en el agua del pozo, hasta que se liberó de todo, y se sintió aliviado. Después de un cierto número de días, se observó que una sola semilla estaba creciendo en ese pozo. Creció y se cerró, hasta que finalmente un joven, cuyo corazón fue milagrosamente iluminado en el punto, se dio cuenta de esta planta creciente, la cortó, hizo agujeros en ella, y comenzó a tocar en ella aires, similares a los que ahora interpretan los amantes derviches de Dios, mientras pastoreaba sus ovejas en la vecindad. Gradualmente, las diversas tribus de árabes del desierto escucharon esta flauta del pastor, y su fama se extendió. Los camellos y las ovejas de toda la región se reunían alrededor de él mientras tocaba, dejando de pastar para escuchar. De todas direcciones, los nómadas acudían a escuchar sus melodías, entrando en éxtasis de deleite, llorando de alegría y placer, estallando en transportes de satisfacción. El rumor finalmente llegó a oídos del Profeta, quien ordenó que se trajera al flautista ante él. Cuando comenzó a tocar en la presencia sagrada, todos los discípulos santos del mensajero de Dios se conmovieron hasta las lágrimas y los transportes, estallando en gritos y exclamaciones de pura dicha, y perdiendo toda conciencia. El Profeta declaró que las notas de la flauta del pastor eran la inspiración de los santos misterios que había confiado en privado al cuidado de Ali.
En cuanto a los "Hermanos de la Sinceridad" mencionados anteriormente, se puede decir que los musulmanes en el Este saben perfectamente bien que existe en la tierra, entre los iniciados, una jerarquía secreta que gobierna a toda la raza humana, infieles así como creyentes, pero que su poder a menudo se ejerce de tal manera que los sujetos influenciados por él no saben de qué persona o personas proceden sus efectos.
En esta jerarquía, la dignidad suprema está investida en el Khidr. Este es un hombre, de hecho, pero uno muy elevado por encima de la naturaleza humana ordinaria debido a sus privilegios trascendentes. Admitido a la Visión Divina y poseedor, en consecuencia, de una omnipotencia y omnisciencia relativas en la tierra; visible e invisible a voluntad; libre de las ataduras del espacio y del tiempo; por sus poderes ubicuos e inmortales apareciendo en varias formas en la tierra para defender la causa de la verdad; luego oculto por un tiempo de los hombres; conocido en diversas épocas como Seth, como Enoc, como Elías, y que aún vendrá al final de los tiempos como el Mahdi; este ser maravilloso es el centro, el sostén, el gobernante, el mediador de los hombres de hábitos ascéticos y retiro, y como tal es honrado con el nombre de Kothb, o eje, como siendo el polo espiritual alrededor del cual y sobre el cual todos se mueven o son sostenidos. Bajo él están los Aulia, o íntimos amigos de Dios, setenta y dos en número (algunos dicen veinticuatro), hombres santos que viven en la tierra, que son admitidos por el Kothb a su familiaridad íntima, y que son para el resto las fuentes de toda doctrina, autoridad y santidad. Entre estos, uno, preeminente sobre los demás, está calificado por el título vicario de Kothb-ez-zaman, o eje de su época, y es considerado como el depositario visible del conocimiento y el poder del Kothb supremo — que a menudo se nombra, para distinguirlo, Kothb el-Aktkab, o eje de los ejes — y su representante constante entre los hombres. Pero como esta importante elección y la consiguiente delegación de poder es invisible y oculta para la mayoría incluso de los propios devotos, y ni el Kothb-ez-zaman ni los Aulia llevan ningún signo exterior o distintivo de dignidad y autoridad, solo puede manifestarse por sus efectos, y así ser conocido gradualmente por el mundo exterior, y aun entonces más como una conjetura que como una certeza positiva.
Sobre la autoridad del famoso santo de Bagdad, Aboo-Bekr el Kettanee, E. W. Lane (1) afirma que las órdenes bajo el gobierno de este jefe se llaman Omud (u Owtad), Akhyar, Abdal, Nujaba y Nukaba, nombrándolas según su precedencia, y comenta que tal vez a estas se deba añadir una orden inferior llamada Ashab ed-Darak, es decir, "Vigilantes" o "Supervisores". Los Nukaba son trescientos y residen en El-Gharb (África del Norte al oeste de Egipto): los Nujaba son setenta y residen en Egipto; los Abdal son cuarenta y se encuentran en Siria; los Akhyar son siete y viajan por la tierra; los Omud son cuatro y se ubican en las esquinas de la tierra. Los miembros no son conocidos como tales por sus semejantes no iluminados, y a menudo son invisibles para ellos. Esto es más frecuentemente el caso con el Kothb, quien, aunque generalmente está estacionado en la Meca, en el techo de la Kaaba, nunca es visible allí, ni en ninguna de sus otras estaciones favoritas, aunque su voz se escucha a menudo en estos lugares.
Arabian Soc. in the Middle Ages. — D'Ohsson describiendo a los Derviches Turcos da otro relato.
Añadamos que su gran poder se supone que se obtiene por la abnegación, la confianza implícita en Dios, de buenos genios y por el conocimiento y la pronunciación del "nombre más grande".
Eflaki, el historiador, nos ha dado los eslabones de una serie espiritual, a través de los cuales se transmitieron los misterios de las doctrinas derviches hasta y en la línea de Jelaludin er Rumi.
Ali comunicó los misterios al Imam Hasan de Basra, quien murió en el año 728 d.C. Hasan los enseñó a Habib, el Persa († 724 d.C.), quien los confió a Dawud de la tribu Tayyi († 781 d.C.), quien los transmitió a Maruf de Kerkh († 818 d.C.); él a Sirri († 867 d.C.) y él al gran Juneyd († 909 d.C.). El discípulo espiritual de Juneyd, Shibli († 945 d.C.), enseñó a Abu-Amr Muhammed, hijo de Ilahim Zajjaj († 959 d.C.) y su discípulo fue Abu-Bekr, hijo de Abdu-llah de Tus, quien enseñó a Abu-Ahmed Muhammed, hijo de Muhammed Al-Gazzali († 1111 d.C.), y él confió esos misterios a Ahmed el-Khatibi, bisabuelo de Jelal, quien los consignó al Imam Sarakhsi († 1175 d.C.). Sarakhsi fue el maestro espiritual del padre de Jelal, Baha Veled, quien enseñó al Sayyid Burhanu-d-Din Termizi, el instructor de Jelal. — Ahora procederemos con la historia.
Zaous Abou Add er-Rahman, de origen persa pero nacido en Yemen, abrió el camino. Pasó su juventud en la sociedad de Zein el Abidín, hijo de Hasan y nieto de Alí, y el primero de esa familia que, en vida y en sus escritos, profesó las ideas místicas y prácticas austeras que posteriormente distinguieron a esta línea familiar. Abou-Horeirah, el más devoto de los compañeros de Mahoma, y Ebn Abbas también fueron sus maestros. Se estableció en La Meca, el centro del sentimiento religioso, y pronto la influencia de Zaous comenzó a notarse entre la multitud de peregrinos de todas partes del imperio musulmán; empezaron a imitar sus largas oraciones, sus ayunos, su extrema pobreza y, sobre todo, su abierto desprecio por toda dignidad y rango mundano, y muchos adoptaron las peculiaridades de su vestimenta: la larga túnica remendada y el alto gorro de lana, ambos de los cuales luego se convertirían en tan característicos de los sufíes.
Uno de sus seguidores más distinguidos fue Hasan Yesar, al igual que Zaous, de origen persa pero nacido en Arabia, en Medina. Habiendo recibido su libertad (nació después de que su madre se convirtiera en esclava de Omm Salma, una de las numerosas esposas del Profeta), se retiró a Basora, en el Golfo Pérsico, una ciudad conocida por su apego a la familia de Alí y sus doctrinas, y que desde entonces sería un bastión de la secta ascética. Su vida demostró la verdad y la fortaleza de sus doctrinas, y Basora se convirtió en la sede de las mismas.
Malik Ebn Dinar, un persa y esclavo de nacimiento, conocido por su amor al trabajo manual, la pobreza y la humildad, aparece a continuación como el líder entre los ascetas de su época.
Omar Abou Othman fue discípulo de Hasan Yesar y también habitante de Basora. Hasan Yesar lo describió como alguien digno de tener a ángeles y profetas como preceptores y guías, alguien que nunca exhortaba a nada que no hubiera practicado previamente, ni disuadía de algo excepto aquello de lo que él mismo se abstenía rigurosamente. Fue un firme defensor del libre albedrío del hombre.
Por la misma época, Omar Abou Durr en Coufa y Sofein Abou Abd Allah mostraban ejemplos similares de austeridad y virtud, al igual que Hammad Abou Ismail, hijo del célebre Abou Hanifah, Abd Allah Merouji y Mohammed Ebn es Semmak.
Pero ya sea en La Meca o en Basora, los diversos ascetas ya mencionados, y los muchos no mencionados, a pesar de la influencia personal que ejercían y las virtudes que poseían, no formaban aún una asociación o hermandad particular y distinta. Ninguna regla común los unía, ni se agrupaban en torno a ningún superior o jefe, todavía.
Pero el siguiente hombre prominente entre ellos no solo fue notable como asceta, sino también el padre y fundador de toda la numerosa familia de derviches. Su nombre era Fodheil Abou Ali Zalikani. Nació de padres persas y pasó su juventud como bandolero. Una noche, escaló los muros de una casa donde vivía la chica de la que estaba enamorado y, oculto en el techo, esperó el momento para descender y saciar su pasión. Pero mientras estaba así ocupado, escuchó una voz que repetía el conocido versículo del Corán: "¿Acaso no ha llegado ya el momento de que los creyentes abran sus corazones al arrepentimiento?" "Señor, en verdad ha llegado el momento", respondió Fodheil; y dejando la casa, así como su malvado designio, se retiró a una caravansarai medio en ruinas no muy lejos, para pasar allí el resto de la noche. Varios viajeros estaban alojados en ese momento en la caravansarai, y, oculto por la oscuridad, escuchó su conversación: "Comencemos nuestro viaje", dijo uno; y los demás respondieron: "Esperemos hasta la mañana, pues el bandido Fodheil está en los caminos." Esto completó la conversión del ya arrepentido ladrón de caminos. Se acercó a los viajeros y, revelándose ante ellos, les aseguró que de ahora en adelante ni ellos ni nadie más tendrían que temerle. Luego se despojó de sus armas y posesiones mundanas, se puso una vestimenta remendada y andrajosa, y pasó el resto de su vida vagando de un lugar a otro, en la más severa penitencia y en extrema pobreza, a veces solo, a veces con numerosos discípulos, a quienes tomó bajo su dirección y formó en una estricta y organizada hermandad. Pero, con toda su austeridad de vida, sus prolongados ayunos y vigilias, su vestimenta raída y sus agotadoras peregrinaciones, prefería la práctica de la virtud interior y la pureza de intención a todas las observancias externas, y solía decir que "aquel que es modesto y obediente con los demás, y vive en mansedumbre y paciencia, obtiene una mayor recompensa al hacerlo que si ayunara todos los días y rezara todas las noches." A tan alto precio valoraba la obediencia a un guía espiritual, y tan necesaria la consideraba, que declaró: "Si tuviera la promesa de que se me concedería lo que pidiera en oración, no ofrecería esa oración salvo en unión con un superior." Pero su virtud favorita era el amor a Dios en perfecta conformidad con Su voluntad, por encima de toda esperanza y miedo. Así, cuando su único hijo —cuyas virtudes se asemejaban a las de su padre— murió a una edad temprana, se vio a Fodheil con un semblante inusualmente alegre; y al ser preguntado por su discípulo íntimo Ragi Abou Ali, quien luego sería Kadhi de la ciudad de Rei, la razón de tal alegría, respondió: "Fue el buen placer de Dios, y por lo tanto es también mi buen placer." Debemos mencionar una más de sus famosas frases: "Está muy engañado aquel que sirve a Dios por temor o esperanza, porque el verdadero servicio es por amor puro"; y, hablando de sí mismo: "Sirvo a Dios porque no puedo evitar servirle, por el mero hecho de amarlo."
Fodheil murió en el año 187 de la Hégira. Su discípulo fue Ibrahim Ebn Adhem, hijo de padres nobles y también persa de nacimiento, y es un ejemplo de la paciencia ante la injuria y la renuencia a que se manifiesten sus derechos, tan prominente entre los discípulos de Fodheil.
Tras la muerte de Fodheil, la dirección suprema de la hermandad recayó en Bishar el Hafi, un nativo de Meron y habitante de Bagdad. Cuando era joven, al igual que Fodheil, llevó una vida desenfrenada, hasta que un día, caminando por las calles, vio escrito en un trozo de papel, desgarrado y pisoteado por los transeúntes, el nombre de Dios. Lo recogió y, tras limpiarlo lo mejor que pudo, lo llevó a su casa y lo colocó fuera del alcance de más profanación. Esa misma noche, escuchó una voz que le decía: "Bishar, has honrado mi nombre. Por ello, haré honorable tu nombre en este mundo y en el que ha de venir." Se despertó de su sueño siendo un hombre cambiado, y comenzó una nueva vida de penitencia y virtud. El nombre Hafi significa descalzo. Caminaba descalzo. Su mayor prueba fue la veneración de los hombres: "Oh Dios", solía decir, "sálvame de este honor, cuya recompensa puede ser, tal vez, la confusión en otra vida.
Nuestro espacio nos impide detenernos en los ascetas egipcios que ayudaron a sentar las bases del futuro sufismo. Los dejamos de lado y nos enfocamos principalmente en los representantes persas.
Por esta época — a comienzos del siglo IV — ocurrieron dos eventos de gran importancia en la historia que estamos narrando. Los príncipes samaníes habían ganado ascendencia en el imperio sobre los califas abasíes. Todos los príncipes de la raza samaní se distinguían por su piedad y su apoyo al aprendizaje. Nasser Ebn Ahmed se destacó por su amor al retiro y la meditación religiosa. Fundó un oratorio en Bujará que pronto se convirtió en un refugio para los ahora numerosos ascetas, y pronto surgieron otras instituciones similares por todo el país. Los derviches del Este ahora tomaron su nombre permanente y su modo de vida.
El otro evento que caracterizó esta era fue el estallido de la herejía abierta entre los ascetas. Hasta entonces, habían ocultado sus doctrinas y prácticas, ya que estaban en oposición al sistema predominante, muy al estilo de Ali Zein el Abidín, nieto del famoso Ali, gran maestro de la orden secreta:
Después de que estos ascetas comprendieran su fuerza a través de su unión, comenzaron a participar en política y trabajaron con celo junto a ese partido que deseaba derrocar a la familia y la religión de Mahoma, y poner a Ali y el misticismo en su lugar. En consecuencia, pronto tuvieron mártires en sus filas. Así murió en Bagdad el famoso Hosain Abou Meghith el Halladj. A su escuela pertenecieron tres gigantes del conocimiento y la piedad: Abd-el-Kadir el Ghilani, Mohi ed Din Ebn-Aarabi el Moghrebi y Omar Ebn el Faridh. Aquí dejamos unas pocas palabras de él:
Los tres discípulos famosos de Halladj dieron sus nombres a las tres principales hermandades entre los musulmanes, y su obra permanece hasta hoy.
Abd-el-Kadir el Ghilani era persa de nacimiento y residía en Bagdad. Nadie dudaba de que él era el Kothb (pilar espiritual) de su tiempo, y así lo anunció en su estado de éxtasis, aunque ordinariamente trataba de ocultarse bajo una apariencia humilde y despreciable. Fundó la orden de los Qadiriyah, que contaba en sus filas con algunos de los nombres más grandes entre los místicos y poetas orientales. La doctrina de la orden era la de Hosein el Halladj, a quien enseñó que la orden debía considerar como su maestro, aunque su doctrina estaba comúnmente velada bajo una terminología aparentemente ortodoxa. Subsisten hasta el día de hoy y se cuentan entre las más destacadas.
M. D'hosson, en su famosa obra sobre el imperio otomano, rastrea el origen de los faquires hasta la época de Mahoma de la siguiente manera: En el primer año de la Hégira, cuarenta y cinco ciudadanos de La Meca se unieron a muchos otros de Medina. Tomaron un juramento de fidelidad a las doctrinas de su Profeta y formaron una secta o fraternidad cuyo objetivo era establecer entre ellos una comunidad de bienes y realizar cada día ciertas prácticas religiosas con un espíritu de penitencia y mortificación. Para distinguirse de otros musulmanes, tomaron el nombre de sufíes. Este nombre, que más tarde fue atribuido a los más celosos partidarios del Islam, es el mismo que aún se utiliza para indicar a cualquier musulmán que se retira del mundo para estudiar, llevar una vida de contemplación piadosa y seguir los ejercicios más arduos de una devoción exagerada. Al nombre de sufí también añadieron el de faquir, porque su máxima era renunciar a los bienes de la tierra y vivir en una abnegación total de todos los placeres mundanos, siguiendo así las palabras del Profeta: "La pobreza es mi orgullo." Siguiendo su ejemplo, Abu Bakr y Ali establecieron, incluso durante la vida del Profeta y bajo su propia mirada, órdenes religiosas, cada una presidida por ellos, con Zikrs (recitaciones religiosas peculiares) establecidas por ellos por separado, y un voto tomado por cada uno de los discípulos voluntarios que las conformaban. A su fallecimiento, Abu Bakr cedió su cargo de presidente a un tal Salmán l-Farisi, y Ali a Al-Hasan l-Basri, y cada uno de estos cargos fue consagrado bajo el título de Jalifa, o sucesor. Los dos primeros sucesores siguieron el ejemplo de los Jalifas del Islam y lo transmitieron a sus sucesores, y estos a su vez a otros, los más ancianos y venerables de su fraternidad. Algunos de ellos, llevados por el delirio de la imaginación, se apartaron de las reglas primitivas de su sociedad y convirtieron, de vez en cuando, estas fraternidades en una multitud de órdenes religiosas. ***
Fue alrededor del año 49 de la Hégira (766 d.C.) que el Shaikh Ahvan, un místico renombrado por su fervor religioso, fundó la primera orden regular de los faquires, conocida ahora como los Alwaniyah.
Las órdenes Bastamiyah, Nagshbandiyah y Bakhtashiyah descienden de la orden original establecida por Abu Bakr. Todas las demás provienen de Ali.
La palabra árabe Faqir significa pobre, en el sentido de estar necesitado de misericordia, pobre ante los ojos de Dios. El equivalente persa, Darvish, se deriva de dar, "una puerta" — aquellos que "mendigan de puerta en puerta".
Los derviches, como se mencionó antes, son los expositores prácticos del islamismo. Se dividen en dos grandes clases: los ba Shara (con la ley), o aquellos que gobiernan su conducta de acuerdo con los principios del Islam; y los be Shara (sin la ley), o aquellos que no rigen sus vidas según los principios formales de ningún credo religioso, aunque se llaman a sí mismos musulmanes. A estos últimos pertenecen principalmente los sufíes. Estos faquires son llamados ya sea Azad, los libres, o Majnub, los absortos. Los primeros se afeitan la barba, las cejas, los bigotes, etc., y viven una vida de celibato.
Cada escuela y cada fraternidad tiene sus propias enseñanzas distintivas y tecnicismos, así como sus prácticas y observancias peculiares, sus santos y doctores, grandes hombres y fundadores.
Un estudiante también descubrirá fácilmente un carácter diferente entre el sufismo árabe y el persa. El árabe, al estar más cerca del cristianismo, toma mucho de él, pero lo moldea a su manera peculiar; el persa, al estar más cerca de las tradiciones de Zoroastro y en contacto inmediato con el maniqueísmo, naturalmente toma de allí. Así, las tendencias "panteístas", como la absorción divina, la manifestación universal de la Deidad bajo las apariencias limitadas, el retorno final de todas las cosas a la unidad de Dios, una tendencia a considerar la materia como malvada, la reprobación del matrimonio, etc., eran ideas que surgieron del suelo persa, mientras que las ideas de una Divinidad radiante mediando entre la fuente suprema del Ser y el mundo creado; de un Espíritu omnipresente de amor; de desapego del mundo; de pobreza, humildad, etc., eran más afines a las creencias cristianas.
Aún así, la descripción de Saadi se aplica a todos: "Las señales externas de un derviche son una vestimenta remendada y una cabeza afeitada; y los signos internos, aquellos de estar vivo en el espíritu y muerto en la carne: — 'no es aquel que se apartará de sus semejantes en la puerta de la súplica a Dios: y, si él rechazara su oración, se levantará en desobediencia; o si una piedra de molino rodara montaña abajo, no es inteligente en los caminos de la providencia quien no se levantara para evitarla.'"
"El ritual de los derviches es gratitud y alabanza, adoración y obediencia, contento y caridad, y una creencia en la unidad y providencia de Dios, confiando en su voluntad y resignado a ella, confiado en su favor, y paciente ante todo: quien esté dotado de estas cualidades es en verdad un derviche, aunque esté ataviado con ropajes suntuosos: mientras que, el irreligioso y vanidoso hipócrita, sensualista, y mujeriego, que convierte los días en noches en sus indulgencias esclavizantes, y transforma las noches en días en sus sueños de olvido; que come lo que encuentra a su paso, y dice lo que primero le viene a la mente, es un libertino, aunque esté vestido con el saco de un santo."
Los derviches difieren, dice A. Vambery, (1) solo en la manera en que demuestran su entusiasmo; aún así, cuanto más nos adentramos hacia el Este, mayor es la pureza con la que han sido preservados. En Persia, los derviches juegan un papel mucho más importante que en Turquía, y en Asia Central, aislada como ha estado del resto del mundo durante siglos, esta fraternidad sigue en plena vigencia y ejerce una gran influencia en la sociedad.
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1. Intell. Obs. Vol. 7.
Según A. Vambery, las órdenes Bektashi, Mevlevi y Rufai se encuentran principalmente en Turquía; las Kadrie y Djelali en Arabia; las Oveisi y Nurbakhchi Nimetullahi en Persia; las Khilali y Zahibi en la India, y las Nakishbendi y Sofi (una orden reciente) en Asia Central.
Según Th. P. Hughes (2), las siguientes son las principales órdenes de faqires que se encuentran en el norte de la India:
1. Naqshbandia: Seguidores de Khwajah Pir Mohammed Naqshband, son una secta muy numerosa y suelen realizar el Zikr-i-Khafi (3) o devoción silenciosa.
2. Qadiria: Originada del célebre Sayyid Abdul Qadir, apodado Pir Dustagir, cuyo santuario se encuentra en Bagdad. Practican ambas formas del Zikr. La mayoría de los Sunni Moulavis de la frontera noroeste de la India pertenecen a esta orden. En Egipto, es la más popular entre los pescadores.
3. Chishtia: Seguidores de Banda Nawaz, cuyo santuario está en Calburgah. Tienen preferencia por la música vocal, ya que el fundador de la orden señaló que el canto era el alimento y sustento del alma. Realizan el Zikr-i-Jali.
4. Jalalia: Fundada por Sayyid Jalal-ud-din de Bujara, se encuentran en Asia Central. Los mendigos religiosos a menudo pertenecen a esta orden.
5. Sarwardia: Popular en Afganistán y compuesta por muchos hombres eruditos. Son seguidores de Hasan Bisri de Basora, cerca de Bagdad.
Estas cinco órdenes son ba-Shara faqires, es decir, están dentro del marco de la ley islámica.
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2. Notas sobre el Mahometanismo
3. Los Zikrs serán descritos en el siguiente número de The Path.
Los be-Shara Faqirs son muy numerosos. La orden más popular es la de los Mudaria, fundada por Zinda Shah Murdar de Siria, cuyo santuario se encuentra en Mukanpur, en Oudh. De esta orden se derivan los Malang Faqirs, que llenan los bazares de la India. Estos faqires llevan el cabello enmarañado o atado en un nudo. La orden Rafia también es numerosa en algunas partes de la India. Practican una disciplina muy severa y se mortifican a sí mismos mediante flagelaciones.
Los secretos de las órdenes derviches no pueden ser aprendidos fácilmente. Una iniciación es descrita en Society is the Middle Ages de Lane, y a continuación se describe otra.
El siguiente es el relato de la admisión de Tewekkul Beg en la orden de los Qadiriyah faqirs, una de las cuatro más prominentes, realizada por Moolla Shah, un santo y poeta de cierta celebridad, que murió en el año 1072 de la Hégira (1661-62 de nuestra era), en Lahore, donde su santuario fue erigido por la Princesa Fatima, hija de Shah-Jihan. Tewekkul es él mismo el narrador:
"Habiendo sido introducido, por medio del Akhond Molla Mohammed Say'd, en el círculo íntimo de Molla Shah, mi corazón, a través de frecuentes encuentros con el Sheik, se llenó de un ardiente deseo de alcanzar la meta sublime [de la ciencia mística], y ya no encontraba sueño de noche ni descanso de día. Pasé toda esa noche sin poder cerrar los ojos, y me dediqué a recitar cien mil veces el capítulo ciento doce del Corán. Lo logré en varios días. Es bien sabido que en este capítulo del Corán se contiene el gran Nombre de Dios, y que, por el poder de ese Nombre, quien lo recita cien mil veces puede obtener todo lo que desea. Entonces concebí el deseo de que el Maestro me otorgara su afecto. Y, de hecho, me convencí de la eficacia de este medio, pues apenas había terminado la centésima milésima recitación de este capítulo del libro de Dios, cuando el corazón del Maestro se llenó de simpatía por mí, y ordenó a Senghin Mohammed, su vicario, que me condujera la noche siguiente a su presencia. Durante toda esa noche concentró su mente en mí, mientras yo dirigía mi meditación hacia mi propio corazón; pero el nudo de mi corazón no se desató. Así pasaron tres noches, durante las cuales me hizo objeto de su atención espiritual, sin que se manifestara ningún resultado. La cuarta noche, Molla Shah dijo: 'Esta noche Molla Senghin y Salih Beg, quienes son ambos muy susceptibles a emociones extáticas, dirigirán toda su mente hacia el neófito.' Ellos obedecieron esta orden, mientras yo permanecí sentado toda la noche, con el rostro vuelto hacia La Meca, concentrando al mismo tiempo todas mis facultades mentales en mi propio corazón. Hacia el amanecer, una pequeña luz y claridad entró en mi corazón, pero no pude distinguir ni forma ni color. Después de la oración de la mañana me presenté, junto con las dos personas que acabo de mencionar, ante el Maestro, quien me saludó y les preguntó qué me habían hecho. Ellos respondieron: 'Pregúntale a él mismo.' Entonces, dirigiéndose a mí, me pidió que le relatara mis impresiones. Le dije que había visto una claridad en mi corazón; ante lo cual el Sheik se animó y me dijo: 'Tu corazón contiene una infinidad de colores, pero se ha oscurecido tanto que ni siquiera las miradas de estos dos cocodrilos del océano infinito [la ciencia mística] han logrado otorgarle ni brillo ni claridad; ha llegado el momento en que yo mismo te mostraré cómo se ilumina.' Con estas palabras, me hizo sentar frente a él, mientras mis sentidos, por así decirlo, se embriagaban, y me ordenó reproducir dentro de mí su apariencia. Luego, habiéndome vendado los ojos, me ordenó concentrar todas mis facultades mentales en mi corazón. Obedecí, y en un instante, por el favor divino y la asistencia espiritual del Sheik, mi corazón se abrió. Entonces vi dentro de mí algo parecido a una copa, vuelta hacia abajo: y al volverse de nuevo, un sentimiento de felicidad ilimitada llenó todo mi ser. Le dije al Maestro: 'Esta celda, donde estoy sentado frente a ti, veo una reproducción fiel de ella dentro de mí, y parece como si otro Tewekkul Beg estuviera sentado frente a otro Molla Shah.' Él respondió: 'Está bien; la primera visión que se te presenta es la figura del Maestro.' Luego me pidió que descubriera mis ojos, lo cual hice, y entonces lo vi, por el órgano material de la visión, sentado frente a mí. Nuevamente me hizo vendarme los ojos, y lo percibí por mi visión espiritual, sentado frente a mí de la misma manera. Lleno de asombro, exclamé: 'Oh, mi Maestro, ya sea que mire con mis ojos corporales o con mi visión espiritual, siempre eres tú a quien veo.' Mientras tanto, vi avanzar hacia mí una figura deslumbrante, y al contárselo al Maestro, me ordenó que preguntara a la aparición su nombre. En mi espíritu le hice esa pregunta, y la figura me respondió con la voz del corazón, 'Mi nombre es Abd Alkadir Gilani.' Oí esta respuesta con mi oído espiritual. El Maestro entonces me aconsejó rezar al Santo para que me brindara su ayuda y socorro espiritual. Hice esta petición; y la aparición me dijo: 'Ya te había concedido mi asistencia espiritual; de ahí que los nudos de tu corazón se hayan desatado.' Lleno de profunda gratitud, me impuse la obligación de recitar cada noche de viernes todo el Corán en honor de este gran Santo, y durante dos años enteros nunca descuidé esta práctica. Molla Shah entonces dijo: 'El mundo espiritual se te ha mostrado en toda su belleza: permanece allí sentado, borrándote completamente en las maravillas de este mundo desconocido.'"
"Obedecí estrictamente las instrucciones de mi Maestro y, día a día, el mundo espiritual se fue desvelando cada vez más ante mí. Al día siguiente vi las figuras del Profeta y de sus principales Compañeros, y legiones de Santos y Ángeles pasaron ante mi visión interior. Pasaron tres meses de esta manera, tras los cuales se abrió ante mí la esfera donde todo color se desvanece, y entonces todas las figuras desaparecieron. Durante todo este tiempo, el Maestro no dejó de explicarme la doctrina de la unión con Dios y de la intuición mística. Pero, sin embargo, la Realidad Absoluta no se manifestaba ante mí. No fue hasta después de un año que el conocimiento de la Realidad Absoluta, en relación con la concepción de mi propia existencia, llegó a mí. Los siguientes versos se revelaron en ese momento a mi corazón, de donde pasaron sin ser llamados a mis labios:
Le presenté a Molla Shah esta inspiración poética, y él se alegró de que la idea de la unión con Dios se hubiera manifestado por fin en mi corazón: y dirigiéndose a sus discípulos, dijo: 'Tewekkul Beg ha escuchado de mi boca las palabras de la doctrina de la unión con Dios, y nunca traicionará el misterio. Su ojo interior está abierto; la esfera de color e imágenes se le ha mostrado, y finalmente la esfera donde todo color se desvanece se le ha revelado. Quien, después de haber pasado por estas fases de la unión con Dios, ha obtenido la Realidad Absoluta, ya no será desviado, ni por sus propias dudas ni por las que los escépticos puedan sugerirle.'"
(posiblemente continuara, cuando el artticulo sea encontrado y traducido)