Espiritismo en Simla

 The Theosophist volumen 1, octubre de 1879, Spiritualism at Simla.  



ESPIRITISMO EN SIMLA.



Una estimada joven inglesa de Simla, interesada en el Ocultismo, nos envía algunas interesantes narraciones de experiencias psicológicas que pueden ser copiadas con seguridad por nuestros contemporáneos occidentales. Nuestra corresponsal es perfectamente digna de confianza y ocupa un lugar en el más alto círculo social. Esperamos dar de vez en cuando muchos ejemplos de aventuras místicas similares de europeos en países orientales.

Entre otros artículos prometidos para el THEOSOPHIST hay uno de un oficial británico, sobre una curiosa fase del culto bhuta entre una tribu india muy primitiva; y otro sobre la misma costumbre, en otra localidad, de un conocido erudito nativo. El valor de artículos como estos últimos es que proporcionan al psicólogo material de comparación con los fenómenos mediúmnicos occidentales actuales. Hasta ahora, ha habido, podemos decir, muy pocas observaciones sobre el espiritismo de las Indias Orientales, de algún valor científico. La mayoría de los observadores han sido incompetentes, ya sea por fanatismo, cobardía moral o parcialidad escéptica. Las excepciones no han hecho más que confirmar la regla. Pocos, en efecto, son los que, viendo fenómenos psíquicos, tienen el valor moral de decir toda la verdad sobre ellos.

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LA HISTORIA DE LA JOVEN.


Hay un bangalow en Kussowlie (kasauli) llamado "La Abadía"; y un año unos amigos míos habían tomado esta casa por una temporada, y yo fui a quedarme con ellos por un corto tiempo. Mis amigos me dijeron que la casa estaba encantada por el fantasma de una dama, que siempre aparecía vestida con un vestido de seda blanca. Esta señora vivió realmente, hace muchos años, y era una mujer muy malvada, por lo que recuerdo de la historia. No puedo decir si fue asesinada o si se suicidó, pero no fue enterrada en tierra consagrada y, por esta razón, se dice que su espíritu no puede descansar. Su tumba puede ser vista por cualquiera, pues aún se encuentra en Kussowlie. Cuando mis amigos me contaron esto, me reí y dije que no creía en fantasmas; entonces me enseñaron una pequeña habitación dividida del salón por una puerta, que me dijeron que era una mascota especial del fantasma; y que cuando oscurecía, siempre tenían que mantenerla cerrada y me retaron a entrar en esa habitación una noche a las diez de la noche. Dije que lo haría, así que a las diez de la noche encendí una vela y entré en la habitación. Era pequeña, sin armarios, con un solo sofá y una mesa en el centro. Miré debajo de la mesa y del sofá, cerré la puerta y, apagando la vela, me senté a esperar la aparición del fantasma. Al poco rato oí el susurro de un vestido de seda, aunque no pude ver nada. Me levanté, retrocedí hacia la puerta y, mientras retrocedía, sentí que algo se acercaba a mí. Por fin llegué a la puerta, la abrí de par en par y corrí al salón, dejando la puerta abierta de par en par para ver si el fantasma me seguía. Me senté junto al fuego y, al poco rato, cuando recobré el valor, pensé en volver a entrar en la salita; pero al intentar abrir la puerta, me encontré con que estaba bien cerrada y no podía abrirla, así que me fui a la cama. Otra noche, una amiga y yo estábamos leyendo sentadas a una mesita redonda con una lámpara; de repente se apagó la luz y nos quedamos a oscuras. Tan pronto como se pudo conseguir luz, se descubrió que el globo de la lámpara había desaparecido, y desde aquel día hasta hoy, nunca se ha encontrado. El fantasma se pasea por toda la casa por la noche, y ha sido visto en diferentes habitaciones por diferentes personas. Kussowlie está entre 30 y 40 millas de Simla, en dirección a las llanuras.


También puedo contarles algo que observó mi madre hace unos veinte años. Un conocido suyo, el joven señor W----, viajaba en un barco que naufragó en una isla de la costa africana durante un terrible temporal. La noticia del desastre llegó a Inglaterra en otro barco y se supuso que todas las almas a bordo se habían perdido. Los parientes del Sr. W---- se pusieron de luto, pero su madre no quiso, pues estaba convencida de que había escapado. Y para que quedara constancia, puso por escrito lo que había visto en sueños. Toda la escena del naufragio le había parecido como si fuera testigo presencial. Había visto a su hijo y a otro hombre arrojados por las olas a una roca desde la que habían conseguido arrastrarse hasta un lugar seguro. Durante dos días enteros permanecieron allí, sin comida ni agua, sin atreverse a moverse por miedo a ser arrastrados de nuevo por las olas. Finalmente, un barco extranjero los recogió y los llevó a Portugal, desde donde se embarcaron rumbo a Inglaterra. Poco después, la visión de la madre fue corroborada al pie de la letra, y el hijo, al llegar a casa, dijo que si su madre hubiera estado presente en cuerpo, no habría podido describir las circunstancias con mayor exactitud.



LA ADVERTENCIA DE UN PADRE.


Los hechos que voy a relatar ocurrieron en una familia conocida. Un tal Sr. P---- había perdido por tisis a una esposa a la que amaba devotamente, y, una tras otra, varios hijas. Al final sólo le quedaba una hija, y en ella, como es natural, centraba todo su afecto. Era una muchacha delicada, y estando amenazada con el mismo destino que tan cruelmente se había llevado a su madre y hermanas, su padre la llevó a vivir a Italia para cambiar de clima. Esta muchacha tenía unos diecisiete o dieciocho años cuando el padre tuvo que ir a Londres por negocios; así que la dejó con unos amigos, y fueron muchas y estrictas las órdenes que les dio en cuanto a cómo debía ser cuidada y atendida. Pues bien, se marchó y, mientras estaba fuera, iba a celebrarse un baile de fantasía, al que iban a asistir aquellos amigos y al que, por supuesto, la muchacha también deseaba asistir. Así que todos escribieron al padre y le rogaron y suplicaron que le permitiera ir, prometiéndole que cuidarían mucho de ella y procurarían que no cogiera un resfriado. Poco tiempo después, el padre se despertó una noche, al descorrerse las cortinas a los pies de su cama, y allí, para su asombro, estaba su hija, con su vestido de fantasía. No podía moverse ni decir nada, pero la miró atentamente. Ella sonrió, cerró las cortinas y desapareció. Se levantó de un salto, muy agitado, anotó la fecha y la hora, y luego escribió a Italia preguntando por la salud de su hija, con una descripción de su vestido y sus adornos. Pobre hombre; lo siguiente que supo fue que la joven se había resfriado y había muerto la misma noche en que se le apareció en Londres. Los amigos decían que, aunque hubiera visto el vestido, no habría podido describirlo todo más minuciosamente.


LA HISTORIA DEL GUARDIAMARINA.



Puesto que el THEOSOPHIST está recopilando historias autentificadas de fantasmas, puedo contarles una aventura personal mía cuando era guardiamarina a bordo de la fragata de Su Majestad -----. Uno de los marineros de la guardia de babor había sido arrastrado por la borda en una tormenta, mientras se aferraba a uno de los botes para salvar la vida. El asunto se había olvidado por completo, cuando se armó un alboroto diciendo que había un fantasma cerca de ese barco, y ninguno de los hombres quiso acercarse al lugar después del anochecer. Varios hombres, si no todos, lo habían visto. Sin embargo, yo me reí de la historia, pues no tenía la menor confianza en esas absurdas historias de fantasmas. Entonces, algunos de nuestros compañeros que pretendían haber visto la aparición, me retaron a ir hasta ella por la noche y abordarla. Acepté ir y me llevé mi revólver cargado. Cuando, a la hora convenida, me acerqué al bote, ciertamente parecía haber una niebla, o una sombra que parecía un hombre, y esta sombra se volvió y me miró. No le di tiempo a mirar dos veces antes de dispararle dos tiros. Imaginad, si podéis, lo que sentí cuando la sombra se deslizó suavemente bajo el bote (que estaba con el fondo hacia arriba) y desapareció. Cuando esta cosa me miró, no puedo decirles por qué, pero sentí bastante frío, y extraño, y si no era un fantasma, se parecía mucho a uno. En cualquier caso, me harté de dispararle. Mi aventura, por supuesto, acentuó el sentimiento supersticioso entre los marineros; y así, como el espectro fue visto de nuevo la noche siguiente, tiraron el barco por la borda, y nunca más volvieron a tener problemas.

PRESENTACIÓN.

El Blog tiene como único objetivo principal la recopilación y diseminación del genuino conocimiento Teosófico tal y como Helena Petrovna Blavatsky lo transmitió al mundo. Los artículos que se recopilen de los Sitios web y Blogs sobre Teosofía y Esoterismo, son de autoría única y exclusivamente de sus propios autores y se les dará su debido crédito, es debido a ese RESPETO por el esfuerzo y trabajo ajeno que el Autor (J.J.Z) no se adjudicara como suyo un trabajo que no le pertenece. Se recomienda al lector consultar el apartado "informes" para estar actualizado sobre los cambios del Blog.