The Theosophist Volumen 1, Octubre de 1879, The Inner God
(N.T: En la Fraseología teosófica la palabra Dios no tiene posición ni valides alguna tal y como la interpretan las demás religiones, en especial el cristianismo. Para los Teósofos solo existe el Absoluto, esa Realidad Única que no tiene nada que ver con un hombre gigante en el cielo, en el hombre es su Séptimo Principio que es universal para TODOS, el único Dios que el hombre puede llegar a conocer, es su naturaleza más elevada, en pocas palabras su Padre en el Cielo en su sentido esotérico, lejos de todo pensamiento finito.)
EL DIOS INTERIOR.
Por Peary Chand Mittra.
La enseñanza Arya es que Dios (el Absoluto) es luz y sabiduría. La misión del hombre es conocer a Dios hasta donde pueda conocerlo. Las clases de adoradores son innumerables. Cuanto más externo es el hombre, más externo es Dios. Mientras seamos adoradores del Dios externo, seremos idólatras y fabricantes de credos. La fertilidad de la mente es invocada, y no tenemos fin de formas, organizaciones, ritualismo y ceremonias, sin las cuales pensamos que no tenemos salvación. El espiritualismo, o el desarrollo del alma, nos lleva ante Dios, fuente de luz y sabiduría espirituales, y al revelar a nuestra visión interna el ilimitado mundo espiritual nos libera de pensamientos mundanos calculados para mantener el alma sometida a los sentidos. Si nos damos cuenta de lo que es el alma, nos damos cuenta de lo que es la Teosofía. Hay escritos inspirados donde se pueden adquirir ideas de Teosofía, pero la infinitud de Dios no se nos puede dar a conocer en palabras o en ideas evanescentes. Debe ser adquirida en la región infinita - la región del alma. El fin del espiritualismo es la Teosofía. Espiritualistas y teósofos deben, por lo tanto, estar unidos y poner sus pensamientos al servicio de este gran fin. A medida que progresamos en el desarrollo de nuestras almas, y nos acercamos más y más a Dios, nuestros pensamientos y actos serán más puros, y nuestras vidas, domésticas y sociales, estarán al unísono con la luz interior. Debemos pensar más en la sustancia y menos en la sombra.